PUEBLOS CONSTRUYENDO
PAZ
Encuentro
Internacional POR LA SOLUCION POLÍTICA Y LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
Bogota 4, 5 y 6 de
diciembre de 2012
UNIVERSIDAD NACIONAL
DE COLOMBIA
“Panel
de análisis y apuestas de unidad en la perspectiva de la construcción de la paz
y la solución política del conflicto social y armado”
PRESENTACION DEL SECTOR: IGLESIAS POR LA PAZ
(ASOCIACIÓN CRISTIANA MENONITA POR LA
PAZ Y ACCIÓN NO VIOLENTA “JUSTAPAZ”, FUNDACIÓN MENCOLDES, COMISIÓN DE PAZ DEL
CONSEJO EVANGÉLICO DE COLOMBIA CEDECOL, MESA CLAI COLOMBIA, RED ECUMÉNICA DE
COLOMBIA)
Introducción[1]
Los sectores de Iglesias que participamos en
este encuentro saludamos a los y las representantes de los procesos nacionales
y las delegaciones internacionales, de organizaciones sociales y políticas, que
desde ayer estamos dialogando con el objetivo de articular estrategias y
agendas que nos permita hacer realidad la paz en Colombia.
El identificarnos como iglesias por la paz
tiene una intencionalidad que deseamos resaltar. En primer lugar decir que en
este país no hay una solo iglesia sino muchas iglesias. En segundo lugar
reconocer que las iglesias no hemos sido ajenas a el conflicto armado y
político, que hemos vivido desde mediado del siglo pasado. No deseamos hacer un
recuento histórico pero si recordar que las iglesias han sido actoras activas
del conflicto, algunas veces ligadas a poder, algunos sectores de ellas han
hechos opciones por fuera del poder oficial y en muchas ocasiones su silencio
la ha hecho participe de este de alguna manera.
Por esta razón tenemos que aclarar que las
iglesias o los sectores de ellas que hacemos parte de iglesias por la paz somos
parte de un proceso de más de 20 años que hemos venido reflexionando e
intentando desarrollar iniciativas de paz en las diferentes regiones de nuestro
país. No hemos desarrollados estas iniciativas solos sino que hemos estado
apoyados por iglesias hermanas de Norte América, Europa y organismos ecuménicos
como el CMI, el CLAI, CREAS y hoy la Acción Conjunta de las Iglesias (ACT
Alianza). Como parte de este apoyo el CLAI y el CMI que realizan
sus asambleas durante el 2013 han incluido la búsqueda de la paz en Colombia
como un gesto concreto de solidaridad y en sus oraciones que piden al Dios de
la vida que nos conduzca a la justicia y la paz.
Desde esta experiencia y perspectiva deseamos
hacer nuestro aporte en este encuentro y para esto vamos a seguir la guía que
ha propuesto el equipo organizador.
Alcance
y limitaciones del proceso actual de paz.
Quienes representan nuestras iglesias y los
procesos ecuménicos de los cuales hacemos parte, celebraron el anuncio de los
diálogos entre el gobierno del presidente Santos y la FARCs. En estas
declaraciones además se enfatizó la importancia que el ELN se uniera a este
proceso o iniciara un dialogo similar con el gobierno. En esta perspectiva para
las iglesias es urgente que el gobierno y las guerrillas lleguen a acuerdo para
poner fin al conflicto armado que hemos vivido y sufrido en Colombia. Pero para
nosotros es claro que con este acuerdo no se lograra la paz. En la carta
pastoral de los y las líderes de iglesias y del movimiento ecuménico que
hicimos publica en junio de este año, afirmamos que la
paz la entendemos “como un proceso, esto
significa, que la paz no es producto de un decreto, no es silencio de fusiles,
desmovilización, no se divide en conflicto y pos conflicto, no es un acuerdo
entre los armados. La paz es un camino donde se deconstruyen los imaginarios de
la violencia y del abuso del poder que tenemos instaladas en nuestras mentes y
en las estructuras sociales. Esto necesita ser transformado por formas de
pensar y vivir que sean alternativas, como las del buen vivir y la búsqueda de
justicia plena para los seres humanos y toda la creación de Dios”.[2]
En esta perspectiva, creemos
que para logar la paz es necesario constituirnos en actores o sujetos políticos
como sociedad civil y nosotros como sectores de iglesias con una identidad de
fe participar de manera activa en ellos. Esto significa que apoyamos que las
guerrillas y el gobierno lleguen a un acuerdo para poner fin a la confrontación
armada pero no delegamos en ninguno de ellos la construcción de la paz. Como
iglesias y movimiento ecuménico que somos parte de la sociedad civil reclamamos
estar presentes en todos los escenarios de construcción de paz ya que esta no
se puede construir con modelos clásicos de negociación entre los armados. Se
necesitan iniciativas creativas e innovadoras, desde las comunidades y que
valoren la diversidad de experiencias, propuestas, formas de hacer posible y de
participar en la búsqueda de la paz.
Perspectivas
y estrategias de construcción de paz.
Las afirmaciones
anteriores son producto del trabajo de más de 20 años donde las mismas iglesias
y organizaciones ecuménicas hemos tenido que aprender que la diversidad de
experiencias y de pensamiento es fuente de esperanza y creatividad en el
trabajo por la paz. Esto lo comprobamos en la cumbre de las iglesias evangélicas
por la paz que se realizo en San Andrés en febrero de 2006, cuando al compartir
experiencias constamos que a través de la oración y de un trabajo silencioso
desde hace muchos años, la iglesia cristiana evangélica ha vendido sembrando
semillas de paz y bienestar para nuestro país, a nivel local. Esto mediante una diversidad de ministerios y proyectos
eclesiales con los cuales se han logrado transformar vidas y comunidad,
sirviendo a la sociedad con escuelas y colegios; en la recuperación de
drogadictos; en ministerios juveniles: mediante la dignificación de la mujer;
en la formación de liderazgo; con trabajos en salud y en otros ministerios
sociales.[3]
Otras comunidades cristianas han trabajado con personas víctimas del desplazamiento, en resolución de
conflictos, desarrollo y organización comunitaria, educación para la paz,
objeción de conciencia al requisito militar obligatorio, derechos humanos,
acompañamiento a comunidades que retornan a sus tierras, búsqueda de justicia,
reparación e incidencia política. Todo esto a partir de una perspectiva bíblica,
que la paz es fruto de la justicia y del respeto a la dignidad humana donde
intervienen la reconciliación, el perdón, la paciencia, el servicio y amor al
prójimo.
Propuesta
de agenda común para la solución política.
Desde nuestra experiencia y
perspectiva de fe creemos que para aportar en hacer posible una paz duradera en
Colombia necesitamos trabajar una agenda y de manera articulada en los
siguientes aspectos:
Es prioritario que
trabajamos para que tanto el gobierno, como la FARCs se comprometan un cese
bilateral de la confrontación armada. Esto contribuiría a mejorar la seguridad
de las comunidades que viven en medio del conflicto y daría más confianza a la
sociedad que se está dialogando para poner fin al conflicto armado y no para
obtener ganancias políticas.
En la construcción de una
cultura de convivencia en paz. Estos es empezar a desarrollar procesos de
deconstrucción de los imaginarios sociales donde se sustenta la violencia, toda
forma de exclusión, el abuso del poder y recuperar-proponer imaginarios culturales
y sociales donde primen las relaciones de convivencia, reconciliación, perdón,
paz y en justicia entre los seres
humanos y con naturaleza. En esta perspectiva necesitamos que se den garantías
a la oposición política y trabajar en como serian las relacione entre víctimas
y victimarios en una sociedad que desea vivir en paz.
Otro aspecto que necesitamos
profundizar y ampliar es la participación de los y las ciudadanas en los
procesos sociales, políticos y en la decisiones económicas que nos afectan como
sociedad. En otras palabras necesitamos pasar de la democracia del voto por
personas-candidatas, a la participación y la toma decisión ciudadana en asuntos
sociales y económicos.
Para las iglesias la paz es
fruto de la justicia, pero la justicia solo se puede lograr a partir del
respeto a la dignidad humana y de la protección de los derechos humanos. Hoy tenemos
el desafío de ampliar esta perspectiva de los derechos humanos a los derechos
de la naturaleza y de las comunidades que viven ligadas a sus territorios
ancestrales y comunitarios. En esta perspectiva tenemos que trabajar para que
los derechos humanos y los emergentes derechos de la naturaleza sean de pleno respeto
y vigencia en nuestro país.
Un aspecto sobre el que
hemos venido reflexionando las iglesias es la urgencia de buscar alternativas
al actual modelo económico que genera violencia contra los seres humanos y la
naturaleza, el cual se impone en Colombia en las últimas décadas y hoy está en
crisis a nivel global. Las iglesias y el movimiento ecuménico al analizar este
sistema económico hemos encontrado que “estamos ante un modelo de economía que
pretende controlar toda la vida y ocupar el lugar de Dios para no tener quien
le ponga límites. Este sistema engaña incluso a muchos cristianos que lo adoran
y le sirven como si fuera el Dios de la tradición Bíblica. Su centro es una
economía de mercado con el principio que el capital está por encima de la
dignidad humana, del trabajo y del cuidado de la naturaleza. Esté modelo tiene
crisis cíclicas pero tiene la capacidad de rehacerse y mostrarse como único y
eterno. Es un sistema que produce idolatría ya que exige sacrificios y víctimas
con el engaño de producir prosperidad y salvación”.[4]
Para finalizar deseamos
reafirmar que las iglesias tenemos presencia en todos los rincones del país.
Somos testigos presenciales y víctimas de la violencia y la dureza del
conflicto, también hemos generado esperanza. Por esto creemos que tenemos un
lugar clave en la transformación de nuestra realidad. Ante esta situación nuestro
compromiso como personas y comunidades de fe, que creemos en el evangelio como
buenas nuevas de paz, el cual entendemos como inclusivo, que valora la
diversidad como fuerza creativa para la convivencia y la búsqueda de justicia,
y dará como fruto abundante la paz para todas las personas y comunidades en
Colombia.
De acuerdo con estamos
comprometidos como sector de iglesias en la construcción de un amplio
movimiento donde estemos presentes quienes anhelamos un nuevo día donde todos,
todas y en especial los excluidos participemos en la construcción de la paz en
nuestro país durante los próximos años.
Universidad Nacional. Bogotá,
5 de diciembre de 2012.
[1]
Documento elaborado por Milton Mejía con aportes de Jenny Neme, Ricardo Pinzón
y Humberto Shikiya.
[2][2]Carta
pastoral de líderes y lideresas de Iglesias y del movimiento ecuménico por la
paz en Colombia. 27 y 28 de junio. Bogotá.
[3]
Primera Cumbre Nacional de la Iglesia Cristiana Evangélica por la paz de
Colombia. CEDECOL. San Andrés, febrero de 2006.
[4]
Declaración del panel en las Cumbre de los Pueblos. Cartagena, 13 de abril de
2012.
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