En los últimos meses hemos escuchado en varias ocasiones afirmar al Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos que lograra la paz en nuestro país a las buenas o a las malas. Desde mi perspectiva como cristiano que entiende el evangelio como anuncio y vivencia de las Buenas Nuevas de paz tengo que afirmar que la paz solo se puede construir por las buenas. Una paz lograda a las malas nunca se podrá ser paz, se podrá matar y acabar con todos lo que son considerados contrarios pero la muerte no genera paz. Desde la perspectiva del evangelio la paz es fruto de la justicia y del respeto a la dignidad humana. A las malas ni se hace justicia y la dignidad humana se degrada hasta lo más inhumano.
Por esta razón al pensar en cómo lograr la paz por las buenas es necesario reconocer que esta solo será posible por medio del respeto a los derechos humanos y del DIH. La implementación y el respeto del derecho internacional de los derechos humanos y el DIH son la base para que se desactiven muchos factores que generan violencia y para que los grupos armados legales y levantados en armas respeten la dignidad humana. Pensar en la paz a las malas es seguir repitiendo lo que hemos vivido en los últimos años. El gobierno un día celebra y muestra como un triunfo los cuerpos sin vida de jefes guerrilleros y al otro día tenemos que lamentar la muerte de soldados, guerrilleros y civiles que mueren o son víctimas de la confrontación armada. A las malas solo se alimenta el círculo creciente e inhumano de la violencia que produce males a quienes participan de la guerra e incrementa la insensibilidad de los ciudadanos ante la muerte y el dolor.
Tener como base el respeto de los derechos humanos y del DIH para la paz en Colombia garantiza que esta se lograra por medio de la justicia, la reparación a las víctimas, el dialogo, la negociación política y la participación amplia de la sociedad civil. De esta forma la paz se lograra por las buenas o sea por medios pacíficos que permiten el respeto y la inclusión de todos los sectores sociales. Entonces, esta podrá ser una paz que produzca bienestar, acciones solidarias y la reconciliación entre los participantes en la guerra, así, como la reparación a quienes han sido afectados por la violencia y superar el mal que se han hecho quienes participan en la guerra y el daño que ha sufrido toda la sociedad.
Desde la perspectiva del evangelio, la paz como fruto de la justicia es el camino que tenemos para logra esta por las buenas. La justicia y un mínimo de respeto a la dignidad humana se garantizan por medio de los derechos humanos, del DIH y del respecto al Estado Social de Derechos que tenemos en nuestro país. Por esto hoy en el día internacional de los derechos humanos tenemos que reclamar como sociedad civil y como cristianos que la paz no se lograra por las malas ya que ello implica reconocer que se está dispuesto a violar los derechos humanos y el DIH.
Milton Mejía
Observatorio Iglesia y Sociedad en Colombia
10 de diciembre de 2011
