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martes, 16 de junio de 2015

PERCEPCIONES Y DESAFIOS ECLESIALES ANTE LA CRISIS CLIMATICA



Por: Milton Mejía, proyecto de aula con estudiantes de los cursos de investigación socio religiosa y electiva profesional 2015-1 del Programa de Teología de la CUR.

INTRODUCCIÓN

El siguiente ensayo es el resultado de un proyecto de investigación en el aula realizado durante el primer semestre de 2015 con estudiantes que participaron en los cursos de Investigación Socio Religiosa y Electiva Profesional del Programa de Teología de la CUR. Este proyecto de aula busco indagar sobre las percepciones y desafíos que la comunidad educativa y eclesial tiene sobre la crisis climática y el calentamiento global desde su experiencia y una perspectiva teológica. La investigación se realizó por medio de lecturas, elaboración de fichas y se aplicó una encuesta de selección múltiple la cual hicieron los estudiantes a cerca de 200 personas de la comunidad educativa y en algunos barrios de Barranquilla donde hay presencia de iglesias. Como profesor fui responsable se elaborar el proyecto, sistematizar las encuestas y redactar este ensayo final donde está incluido lo trabajado por los estudiantes, mis investigaciones y los productos que hicieron los estudiantes para educar a la comunidad desde una perspectiva ecológica.

LAS IGLESIAS Y EL CAMBIO CLIMATICO A NIVEL GLOBAL Y REGIONAL

La realidad del calentamiento global en la vida cotidiana de las personas, las comunidades, los países y la naturaleza está forzando para que muchos sectores de nuestra sociedad procuren atender y dar respuestas a sus efectos en la vida humana y socio ambiental. El mayor movimiento se da en el proceso de preparación de la Cumbre sobre Cambio Climático que se realizará en Paris (COP 21[1]) en diciembre de 2015, donde los países concluyen un proceso de negociación de varios años para adoptar un nuevo acuerdo global de lucha contra el cambio climático que relevara el Protocolo de Kioto (1997)[2] que expira en el 20120. El proceso de negociación de este acuerdo está liderado por las Naciones Unidas, donde participan diplomáticos de todos los países y de organizaciones internacionales. Por su parte representantes de la sociedad civil y comunidades afectadas por el cambio climático realizan diversas acciones para incidir en estas negociaciones por un acuerdo que proteja la vida humana y de la naturaleza. Las iglesias y el movimiento ecuménico se han unido a estos procesos y han venido realizando consultas, cumbres interreligiosas y campañas de movilización de la opinión pública e incidencia para que los organismos internacionales y los Estados tomen medidas para detener el cambio climático y se haga justicia a las comunidades más afectadas. La Iglesias Católica Romana liderada por el Papa Francisco está próxima a hacer pública una Encíclica sobre cambio climático, la cual han anunciado con el título “Laudato si”    

Este movimiento se da en razón que según investigadores desde mediados del siglo pasado el ritmo de explotación y destrucción ecológica se ha acelerado con la destrucción de casi la mitad de los grandes bosques de la tierra, que son los pulmones del planeta, se ha soltado a la atmósfera cantidades inmensas de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero que han producido una elevación de la temperatura en un promedio de 0,5° Celsius y si no se toman medidas en los próximos años se podría incrementar a la temperatura entre 2 y 5° Celsius. Esto ha provocado un gigantesco agujero en la capa de ozono que protege la vida de la radiación ultravioleta, lo cual amenaza la salud de muchos organismos vivos. Se ha socavado gravemente la fertilidad del suelo y su capacidad para sustentar la vida vegetal con lo que se ha perdido un 65% de tierras que una vez fueron cultivables y otros 15% de la superficie terrestre se está desertizando. Desaparecen todos los años cincuenta mil especies, casi todas ellas como consecuencia de la actividad humana con lo que podemos estar sufriendo la mayor extinción masiva de la historia de la tierra (Hathaway y Boff, 2009: 31-32).
                     
Representantes de organizaciones ecuménicas e iglesias en América Latina y el Caribe (ALC) han empezado a dar respuestas a la realidad de la crisis climática en la región. Una de estas respuestas se dio en Lima, Perú durante la COP 20 y la Cumbre de los Pueblos, realizadas entre el 1º al 12 de diciembre de 2014. En una declaración de los representantes de iglesias y organizaciones ecuménicas que participaron en estas reuniones manifestaron su preocupación ante los efectos del cambio climático que está produciendo sufrimiento, en forma alarmante, a extensas regiones y poblaciones en América Latina durante los últimos años (COP 20).

En la declaración firmada por representantes de cerca de 15 iglesias y organizaciones ecuménicas se analiza los efectos del cambio climático en la región donde se destaca que:

La riqueza natural de América Latina y el Caribe permite que la región tenga la mayor biodiversidad del mundo, pero también la hace más vulnerable ante los efectos del cambio climático. Se calcula que por el cambio climático América Latina, será severamente afectada en los próximos años por el aumento de la temperatura y la correspondiente disminución de la humedad del suelo. Esto provocará: una sustitución gradual de los bosques tropicales por desiertos, la vegetación semiárida se transformará progresivamente por vegetación de tierras áridas, pérdidas de diversidad biológica con la extinción de especies en muchas áreas de la América Latina tropical, la productividad de algunos cultivos importantes disminuirá y con ella la productividad pecuaria, se afectará negativamente a la seguridad alimentaria, cambios en los patrones de precipitaciones, la desaparición de los glaciares ocasionará una disminución notable en la disponibilidad de agua para consumo humano y agrícola, el aumento del nivel del mar intensificará las inundaciones, las mareas de tempestad, la erosión y otros fenómenos costeros peligrosos (COP 20).

La declaración considera que los efectos del cambio climático son verdaderamente una amenaza a la vida humana y la naturaleza, don precioso que hemos recibido en la creación y que Dios pide cuidar. Hace un llamado urgente para que como seres humanos cambiemos el estilo de vida consumista que llevamos y pide a los gobiernos más poderosos del planeta que pongan límites a la desmesurada e irracional política de acumulación de riqueza basadas en el extractivismo y en una industria generadora de emisión de gases de efecto invernadero. Además afirma que “el mensaje de nuestra fe cristiana y la espiritualidad de nuestros pueblos ancestrales nos convoca a iniciar una nueva relación con la tierra y entre todos los seres vivos que en ella habitamos” (COP 20).

En esta misma perspectiva se manifestaron quienes participaron en La Cumbre Interreligiosa sobre Cambio Climático realizada el septiembre de 2014 en Nueva York. En nuestras comunidades y a través de los medios de comunicación, vemos las manifestaciones del cambio climático en todas partes. Hemos oído hablar a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo acerca de los efectos del cambio climático sobre las personas y la naturaleza. Reconocemos que estos efectos tienen consecuencias de manera desproporcionada en las vidas, las condiciones sociales y los derechos de los más pobres, los marginados y las poblaciones más vulnerables, incluidos los pueblos indígenas. Cuando los que menos han contribuido al cambio climático son los golpeados más fuertemente, se convierte en un problema de injusticia” (Declaración Interreligiosa sobre cambio climático).

Para superar esta injusticia necesitamos de manera urgente establecer una nueva relación con la tierra ya que estamos tocando los límites físicos del planeta Tierra con nuestra voracidad productivista y consumista. Según Boff ante nuestra voracidad “la Tierra responde con huracanes, tsunamis, crecidas devastadoras, terremotos y una incontenible subida del calentamiento global. Si llegamos a aumentar la temperatura dos grados centígrados, la situación todavía sería manejable. Pero si no hacemos los deberes, disminuyendo drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero y no reorientamos nuestra relación con la naturaleza hacia la autocontención colectiva y el respeto a los límites de soportabilidad de cada ecosistema, entonces se prevé que el clima puede elevarse de 4 a 6° Celsius. Ahí conoceremos la “tribulación de la desolación”, para usar una expresión bíblica, y gran parte de las formas de vida que conocemos, inclusive partes de la humanidad, no podrán subsistir” (Boff 2015).

PERCEPCIONES LOCALES DEL CRISIS CLIMÁTICA

Al leer investigaciones y estudios especializados sobre esta realidad somos desafiados a actuar pero en lo que hemos observado en la vida cotidiana de muchas personas las manifestaciones del calentamiento global y el cambio climático se están experimentando en diferentes formas y son interpretadas de diversas maneras por las personas y las comunidades. Para captar las percepciones de las personas ante el cambio climático y que iniciativas están empezado a realizar ante sus efectos realizamos una indagación sobre el conocimiento, las consecuencias y las reacciones que tienen las personas ante el calentamiento global y el cambio climático. Esta indagación se realizó por medio de una encuesta a partir de una muestra de cerca de 200 personas entre quienes están estudiantes de la Universidad Reformada (CUR), personas de algunas comunidades y miembros de diversas iglesias en Barranquilla.

Al analizar las respuestas y las propuestas que dieron las personas que participaron en la encuesta con los y las encuestadoras se valora que la experiencia fue muy positiva ya que permitió que los estudiantes de los cursos que hicieron la indagación tuvieran un acercamiento no solo teórico y de lecturas del tema sino que dialogaran con diversas personas sobre la forma como siente y viven la realidad del calentamiento global en la vida cotidiana. Los estudiantes al valorar los diálogos sintieron que completar la encuesta fue de interés ya que las personas entrevistadas manifestaron que cada día son más conscientes de los efectos del calentamiento global, por lo que en algunas ocasiones se generó un dialogo donde se animó a los estudiantes a seguir trabajando este tema y para que promovieran iniciativas que ampliaran el trabajo de educación y sobre el cuidado de la naturaleza.

En el análisis de los resultados de las encuestas se puede reconocer que cerca del 100% de las personas conocen de la situación del cambio climático y el calentamiento global. A la pregunta sobre las causas de este cerca del 80% responde que este fenómeno es producto del ser humano, un porcentaje menos dice que la cusa es de la misma naturaleza o es voluntad de Dios. Esto refleja que hay una información básica sobre la situación climática que estamos viviendo.

Creo que por haberse realizado las encuestas en Barranquilla donde se experimenta un tiempo sin lluvias y el incremento del calor, cerca de un 70% considera que los efectos del cambio climático que más han sentido son el incremento del calor y el cambio de los tiempos de lluvias y según un alto porcentaje de las personas encuestadas, quienes más sufren sus efectos son los campesinos y personas pobres. Es significativo que se considere que los estudiantes y los trabajadores sufren poco los efectos del calentamiento global ya que la mayoría de las personas encuestadas pertenecen a estos grupos. Ante esto queda la pregunta ¿Porque los estudiantes y las personas trabajadoras no sufren los efectos del cambio climático?

Antes este fenómeno la mayoría de las personas encuestadas solo se preocupa y es muy poco el porcentaje de personas que buscan mayor información o buscan conocer iniciativas para prevenir el calentamiento global. De hecho solo la mitad de las personas entrevistadas conocen alguna iniciativa para prevenir el calentamiento global.

Relacionando las respuestas podría interpretar que la mayoría de las personas encuestadas tienen una información básica de la problemática, pero pocas son quienes están experimentado de manera consciente los efectos del cambio climático. Esto se refleja en que lo que más sentimos es el incremento del calor, lo cual atenuamos con el uso de aires acondicionados, que disminuye la temperatura pero tiene efectos negativos sobre el medio ambiente. Esta observación también se puede constar con las pocas iniciativas que se conocen sobre cómo prevenir el calentamiento global.
       
Las propuestas que hicieron quienes fueron entrevistados para fortalecer la acción de las iglesias y las instituciones educativas se pueden organizar en tres grupos:
El primer grupo incluye un proceso de educación a niños, jóvenes y personas de todas las edades para sensibilizar y concientizar sobre los daños que se le están haciendo a la naturaleza y los peligros a que estamos expuestos como seres humanos por el calentamiento global. Este proceso de educación implica que los colegios, las universidades y las iglesias incluyan la realidad del cambio climático en sus procesos educativos por medios de publicaciones escritas y audiovisuales, en los cursos, con conferencias, talleres, escuela dominical y predicaciones.

La segundo grupo de propuestas tiene que ver con la incidencia política para que el gobierno nacional, las autoridades locales y el congreso elaboren e implementen políticas públicas y programas de protección de la naturaleza, descontaminación ambiental y fomente un desarrollo económico bajo en carbono. En esta área las iglesias y universidades necesitan formar líderes que investiguen sobre el tema y hagan propuestas al gobierno nacional y los gobiernos locales.

En el tercer grupo se incluyen compañas y acciones para cuidar la naturaleza. Entre las compañas que se proponen están: De oración y ayuno para detener el cambio climático, recolección y reciclaje de basuras, siembra y para prevenir la tala de árboles, la reducción de gases contaminantes, cuidar los ríos, ahorro de agua, proteger los bosques y los animales en extinción.

HACIA UNA IGLESIA COMPROMETIDA CON EL CUIDADO DE LA CRACION

La realidad que vivimos donde los efectos del cambio climático nos afectan cada día más y la necesidad de un mayor compromiso de los centros de educación y las iglesias en el cuidado de la creación nos desafían a trabajar en las propuestas que hicieron las personas que fueron encuestadas para fortalecer procesos educativos, de incidencia y programas que involucren a las personas y las comunidades en la protección de la naturaleza y la vida en todas sus formas.

Al pensar en procesos educativos es importante resaltar que una educación social y teológica que promueva el cuidado de la naturaleza tiene que superar la interpretación clásica donde la naturaleza es vista para ser dominada y explotada por el ser humano. Moltman hace ver esto cuando explica que si queremos entender la naturaleza como creación de Dios y percibir la presencia del Espíritu de Dios en ella, entonces debemos dejar de pensar en términos de dominio y aprender a pensar de otro modo: un modo de pensar comunicativo, de colaboración e integrador entre los seres humanos y con la naturaleza.”(Moltman, 1992: 89). Se trata de superar la cultura dominante que mira la naturaleza como objeto para ser investigado, explotado y vendido por el ser humano.  Esta es la concepción antropocéntrica clásica que sitúa al ser humano “varon” en el centro de mundo y quien se toma el poder de controlar y dominar toda la creación, a partir de una lectura descontextualiza de la biblia (Chipana, Leon y Mubig, 2011: 21).

Esta concepción antropocéntrica moderna tiene una fuerte influencia filosófica de la ilustración “que redujo a Dios a un relojero, quien –una vez que ha puesto en función la mecánica del mundo- se retiró de su obra, dejándole al ser humano la tarea de dominarlo y controlarlo. A su vez, las corrientes del empirismo, empezando con Francis Bacon, desarrollaron las ciencias modernas naturales, apoyadas por la filosofía del racionalismo, sobre todo con Rene Descartes, quien –basado en el antiguo dualismo griego- cambio la relación entre ser humano y naturaleza en una relación de sujeto (persona) y objeto (naturaleza)”. (Chipana, Leon y Mubig, 2011: 21).
 
Superar esta concepción clásica de dominación y control de la naturaleza y entre los mismo seres humanos ayudará para que empecemos a experimentar un cambio en la forma de pensar y vivir que permita leer los textos bíblicos desde el contexto cultural donde se originaron, donde los seres humanos junto con todos los seres vivos fuimos creados por un mismo Dios para ser una familia, por lo que necesitamos unos de otros para vivir, cuidarnos, ser solidarios y respetarnos, lo que permite tener vida abundante y agradar al Dios que nos creó a su imagen y semejanza.

Sobre la incidencia política donde están enfocadas el segundo grupo de propuestas, hay “aceptación que cuando se habla de incidencia política se hace referencia a un proceso consciente y organizado de un determinado grupo para ejercer influencia por medio de la persuasión y/o la presión sobre quienes tiene poder de formular e implementar políticas y programas públicos. El fin último es lograr cambios económico, políticos, sociales y en la forma como se organiza la sociedad. De acuerdo con esta perspectiva, la incidencia política es una forma de trabajar por el cambio o la trasformación de la sociedad desde grupos que no tienen o están al margen de las instancias de poder”. (Mejía, 2014: 17).

Los líderes religiosos que se reunieron en la Cumbre por el Clima en septiembre de 2014 en Nueva York en relación a la incidencia hicieron un llamado a todos los gobiernos para expresar un compromiso que permita limitar el calentamiento del planeta por debajo de 2 ° Celsius y pidieron que todos los Estados que comparten en la responsabilidad de formular y aplicar estrategias de desarrollo bajas en carbono que lleven a una de-carbonización y a la eliminación completa de los combustibles fósiles para mediados de siglo. También pidieron a todos los Estados que trabajen de manera constructiva hacia un acuerdo climático global de largo alcance en París en 2015, basándose en la transparencia, la adecuación y la responsabilidad. Según los líderes religiosos el nuevo acuerdo global sobre el clima deberá ser: suficientemente ambicioso como para mantener el aumento de temperatura muy por debajo de Celsius; suficientemente justo como para distribuir las cargas de manera equitativa; y suficientemente vinculante a nivel jurídico para garantizar que las políticas climáticas nacionales puedan frenar eficazmente las emisiones, estas estarán bien financiadas y serán plenamente implementadas (Declaración Interreligiosa sobre cambio climático).

Tradicionalmente se ha valorado la política como negativa por estar asociado con partidos y procesos electorales pero en nuestro tiempo la incidencia política es vista como una herramienta importante para que las organizaciones de la sociedad civil y las iglesias busquemos promover cambios globales y locales que beneficien a los sectores más desprotegidos de la sociedad y protejan creación de Dios. En esta perspectiva como líderes de iglesias tenemos el desafío de aprender a diseñar e implementar una estrategia de incidencia política a nivel local y nacional siendo la realidad de la crisis climática una buena oportunidad para empezar.

El último grupo de propuestas está centrado en acciones o campañas para que a nivel personal y comunitario nos involucremos en prevenir el calentamiento global y cuidar la creación de Dios. En esta perspectiva se considera que la incidencia ante los organismos internacionales y los gobiernos es importante ya que se pueden crear políticas de protección de la naturaleza pero esto no es suficiente si como ciudadanos no actuamos a nivel local y con un compromiso particular para que estas políticas se implementen en la sociedad y cambiemos un estilo de vida que valore el cuidado de la naturaleza a partir de acciones locales que se vayan articulando a nivel global.

Un ejemplo de acciones que se van articulando en lo local y a nivel global es la cadena de ayuno por el cambio climático durante un año que se realiza en estos momentos, donde 365 personas de diversos contextos, tradiciones de fe y pertenecientes a todos los continentes están ayunando durante un día desde el 1 de diciembre de 2014, cuando se inició la conferencia climática de la ONU en Lima, Perú (COP 20), hasta el 30 de noviembre de 2015, que comenzará la conferencia en París, Francia (COP 21). Quienes participan de esta campaña cada primer sábado de cada mes hacen un ayuno colectivo. Al ayunar estas personas y comunidades lo hacen para solidarizarse con las personas vulnerables que son las más afectadas por los impactos climáticos peligrosos y para hacer un llamado a los gobiernos y a los líderes mundiales a actuar y lograr un acuerdo global que permita hacer frente a la crisis climática que nos afecta como humanidad (https://www.facebook.com/fastfortheclimate/timeline).

Campañas como estás nos desafían como iglesias para que nos articulemos desde acciones locales como la oración, el ayuno, procesos de educación y  acciones de incidencia para que vayamos construyendo una Red local, nacional e internacional de acción de las iglesias junto con otros sectores sociales para actuar a favor de la protección de la naturaleza.

Compartimos algunos recursos educativos que los y las estudiantes elaboraron durante el curso para concientizar y educar a las iglesias:

TU AMBIENTE VA A CAMBIAR

Canción de Alma Ines Estrada
CALENTAMIENTO GLOBAL//
El mundo se va a quemar, calentamiento global
Yo no sé qué va a pasar el mundo se va a quemar
Si te quieres refrescar arboles debes plantar y así la brisa soplara
CORO
Cuando empieces a sudar agua te tendrás que echar y así te aliviaras
Tu mundo va a cambiar
Cuando empieces a respetar y los arboles no talar
Tu ambiente mejorara y el calentamiento disminuirá
La creación cuidaras y los demás te seguirán
CALNTAMIENTO GLOBAL//
Te invitamos a cambiar y a valorar la humanidad
Apártate de tu maldad y el reino se establecerá
Vivirás tu realidad y la creación cuidaras
Dios te honrará y la tierra cuidarás
CALETAMIENTO GLOBAL//
Vive tu realidad te invitamos a cambiar
Y a valorar la humanidad

POESIA A LA MADRE NATURALEZA
Por Angy Rodríguez Fábregas

 A Nuestra Madre Naturaleza que vistes de verdes prados, mujer que llora y que gime por tus vestidos fragmentados.  En cenizas se han convertido tus bosques animados, ya ni los pajarillos cantan, huyen los ciervos y venados.

Ya la brisa no son frescas huelen a árboles quemados y los ríos de aguas claras su color han dejado y tu corazón muriendo por el aire tan contaminado.

Oh madre naturaleza hasta cuándo estarán los indolentes del gobierno y muchos desalmados que se hacen los desentendidos de lo que está pasando haciendo de este planeta un lugar cada vez más deshabitado.

Pero habemos muchos de tu lado y juntos te coseremos tus vestidos y tu corazón destrozados y lo haremos más lindo, como solo Dios lo ha diseñado un lugar de verde pastos y la paz en el que todos estemos rodeados.   

Otros materiales se pueden encontrar en el siguente link:

REFERENCIAS
Boff L. (2015). A las agresiones humanas la tierra responde con flores. https://leonardoboff.wordpress.com/2015/02/26/a-las-agresiones-humanas-la-tierra-responde-con-flores/
COP 20: Organizaciones ecuménicas e iglesias llaman a cambiar estilo de vida consumista. http://alc-noticias.net/es/2014/12/10/cop-20-organizaciones-ecumenicas-e-iglesias-llaman-a-cambiar-el-estilo-de-vida-consumista/
Archivo Encuestas Cambio Climático en Barranquilla, abril 2015, Realizadas por participantes en el curso investigación socio religioso y electivo profesional, Programa de Teología, CUR.
Hathaway M y Boff L. (2009). El Tao de la liberación una ecología de la transformación. Editorial Trotta. Madrid.
Mejía. M. (2014). Diaconía e incidencia para la paz, en el libro Diaconía para la Paz. Ediciones CUR. Barranquilla.
Moltman. J. (1992). La Justicia crea Futuro, Política de Paz y ética de la creación en un mundo amenazado: Sal Terrae. Madrid.



[1] Más información sobre la CPO 21 se puede ver en: http://www.cop21.gouv.fr/es
[2] El protocolo de Kioto compromete a los países industrializados a estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Más información se puede ver en: http://unfccc.int/portal_espanol/informacion_basica/protocolo_de_kyoto/items/6215.php