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domingo, 9 de diciembre de 2012

ENCUENTRO INTERNACIONAL CONCLUYE CON EL COMPROMISO DE CONSTRUIR MOVIMIENTO SOCIAL POR LA PAZ EN COLOMBIA

Los más de 700 participantes del Encuentro Internacional “Pueblos Construyendo Paz”, que se reunieron en la Universidad Nacional en Bogotá, Colombia los días 4 al 6 de diciembre de 2012 concluyeron con una declaración en la que se comprometen en la tarea de la edificación y fortalecimiento del Movimiento Social por la Paz con Justicia Social, donde se recojan y reconozcan las múltiples apuestas, propuestas, tradiciones, espiritualidades y acumulados logrados en la diversidad de procesos y luchas por la paz en Colombia. Como parte de este compromiso se afirmó la importancia de fortalecer la hermandad con pueblos europeos y americanos que son solidarios con la búsqueda de la paz en Colombia. También se afirmó el compromiso decidido en la construcción de la Agenda Social para la Paz, que incluya problemáticas sociales, económicas, culturales y ambientales, la cual se transforme en una apuesta colectiva de país, forjada desde la diversidad y la pluralidad.

Las iglesias y el movimiento ecuménico de Colombia e internacional tuvieron una amplia y activa participación, que incluyó cerca de 100 personas de diferentes expresiones eclesiales, ecuménicas y países de la región. Además, en el panel de los sectores sociales presentaron un documento donde muestran la forma como las iglesias han estado involucradas en las construcción de la paz en Colombia en los últimos 20 años, hacen propuestas de cómo hacer posible la paz, como fruto de la justicia de acuerdo a lo que enseña el evangelio y se comprometen a ser parte y aportar en la construcción de un amplio movimiento social y eclesial por la paz. En esta perspectiva anunciaron la realización durante el 2013 de un Encuentro Nacional de Iglesias por la Paz en Colombia.

En la foto un grupo de personas del sector de iglesias que participaron en el encuentro. Ver el documento de las iglesias presentado en el panel de los sectores sociales en: http://oidhpaz.blogspot.com/2012/12/aporte-de-las-iglesias-el-encuentro.html  y la declaración política final en: http://pueblosconstruyendopaz.org/?page_id=432

Milton Mejía. OIDHPAZ y Observatorio Ecuménico de ALC.

APORTE DE LAS IGLESIAS EL ENCUENTRO "PUEBLOS CONSTRUYENDO PAZ"


PUEBLOS CONSTRUYENDO PAZ
Encuentro Internacional POR LA SOLUCION POLÍTICA Y LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
Bogota 4, 5 y 6 de diciembre de 2012
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

“Panel de análisis y apuestas de unidad en la perspectiva de la construcción de la paz y la solución política del conflicto social y armado”

PRESENTACION DEL SECTOR: IGLESIAS POR LA PAZ (ASOCIACIÓN CRISTIANA MENONITA POR  LA PAZ Y ACCIÓN NO VIOLENTA “JUSTAPAZ”, FUNDACIÓN MENCOLDES, COMISIÓN DE PAZ DEL CONSEJO EVANGÉLICO DE COLOMBIA CEDECOL, MESA CLAI COLOMBIA, RED ECUMÉNICA DE COLOMBIA)
 
Introducción[1]

Los sectores de Iglesias que participamos en este encuentro saludamos a los y las representantes de los procesos nacionales y las delegaciones internacionales, de organizaciones sociales y políticas, que desde ayer estamos dialogando con el objetivo de articular estrategias y agendas que nos permita hacer realidad la paz en Colombia.

El identificarnos como iglesias por la paz tiene una intencionalidad que deseamos resaltar. En primer lugar decir que en este país no hay una solo iglesia sino muchas iglesias. En segundo lugar reconocer que las iglesias no hemos sido ajenas a el conflicto armado y político, que hemos vivido desde mediado del siglo pasado. No deseamos hacer un recuento histórico pero si recordar que las iglesias han sido actoras activas del conflicto, algunas veces ligadas a poder, algunos sectores de ellas han hechos opciones por fuera del poder oficial y en muchas ocasiones su silencio la ha hecho participe de este de alguna manera.

Por esta razón tenemos que aclarar que las iglesias o los sectores de ellas que hacemos parte de iglesias por la paz somos parte de un proceso de más de 20 años que hemos venido reflexionando e intentando desarrollar iniciativas de paz en las diferentes regiones de nuestro país. No hemos desarrollados estas iniciativas solos sino que hemos estado apoyados por iglesias hermanas de Norte América, Europa y organismos ecuménicos como el CMI, el CLAI, CREAS y hoy la Acción Conjunta de las Iglesias (ACT Alianza). Como parte de este apoyo el CLAI y el CMI que realizan sus asambleas durante el 2013 han incluido la búsqueda de la paz en Colombia como un gesto concreto de solidaridad y en sus oraciones que piden al Dios de la vida que nos conduzca a la justicia y la paz.

Desde esta experiencia y perspectiva deseamos hacer nuestro aporte en este encuentro y para esto vamos a seguir la guía que ha propuesto el equipo organizador.    

Alcance y limitaciones del proceso actual de paz.
Quienes representan nuestras iglesias y los procesos ecuménicos de los cuales hacemos parte, celebraron el anuncio de los diálogos entre el gobierno del presidente Santos y la FARCs. En estas declaraciones además se enfatizó la importancia que el ELN se uniera a este proceso o iniciara un dialogo similar con el gobierno. En esta perspectiva para las iglesias es urgente que el gobierno y las guerrillas lleguen a acuerdo para poner fin al conflicto armado que hemos vivido y sufrido en Colombia. Pero para nosotros es claro que con este acuerdo no se lograra la paz. En la carta pastoral de los y las líderes de iglesias y del movimiento ecuménico que hicimos publica en junio de este año, afirmamos que la paz  la entendemos “como un proceso, esto significa, que la paz no es producto de un decreto, no es silencio de fusiles, desmovilización, no se divide en conflicto y pos conflicto, no es un acuerdo entre los armados. La paz es un camino donde se deconstruyen los imaginarios de la violencia y del abuso del poder que tenemos instaladas en nuestras mentes y en las estructuras sociales. Esto necesita ser transformado por formas de pensar y vivir que sean alternativas, como las del buen vivir y la búsqueda de justicia plena para los seres humanos y toda la creación de Dios”.[2]
En esta perspectiva, creemos que para logar la paz es necesario constituirnos en actores o sujetos políticos como sociedad civil y nosotros como sectores de iglesias con una identidad de fe participar de manera activa en ellos. Esto significa que apoyamos que las guerrillas y el gobierno lleguen a un acuerdo para poner fin a la confrontación armada pero no delegamos en ninguno de ellos la construcción de la paz. Como iglesias y movimiento ecuménico que somos parte de la sociedad civil reclamamos estar presentes en todos los escenarios de construcción de paz ya que esta no se puede construir con modelos clásicos de negociación entre los armados. Se necesitan iniciativas creativas e innovadoras, desde las comunidades y que valoren la diversidad de experiencias, propuestas, formas de hacer posible y de participar en la búsqueda de la paz.
Perspectivas y estrategias de construcción de paz.
Las afirmaciones anteriores son producto del trabajo de más de 20 años donde las mismas iglesias y organizaciones ecuménicas hemos tenido que aprender que la diversidad de experiencias y de pensamiento es fuente de esperanza y creatividad en el trabajo por la paz. Esto lo comprobamos en la cumbre de las iglesias evangélicas por la paz que se realizo en San Andrés en febrero de 2006, cuando al compartir experiencias constamos que a través de la oración y de un trabajo silencioso desde hace muchos años, la iglesia cristiana evangélica ha vendido sembrando semillas de paz y bienestar para nuestro país, a nivel local. Esto mediante  una diversidad de ministerios y proyectos eclesiales con los cuales se han logrado transformar vidas y comunidad, sirviendo a la sociedad con escuelas y colegios; en la recuperación de drogadictos; en ministerios juveniles: mediante la dignificación de la mujer; en la formación de liderazgo; con trabajos en salud y en otros ministerios sociales.[3] Otras comunidades cristianas han trabajado con personas víctimas  del desplazamiento, en resolución de conflictos, desarrollo y organización comunitaria, educación para la paz, objeción de conciencia al requisito militar obligatorio, derechos humanos, acompañamiento a comunidades que retornan a sus tierras, búsqueda de justicia, reparación e incidencia política. Todo esto a partir de una perspectiva bíblica, que la paz es fruto de la justicia y del respeto a la dignidad humana donde intervienen la reconciliación, el perdón, la paciencia, el servicio y amor al prójimo.

Propuesta de agenda común para la solución política.
Desde nuestra experiencia y perspectiva de fe creemos que para aportar en hacer posible una paz duradera en Colombia necesitamos trabajar una agenda y de manera articulada en los siguientes aspectos:
Es prioritario que trabajamos para que tanto el gobierno, como la FARCs se comprometan un cese bilateral de la confrontación armada. Esto contribuiría a mejorar la seguridad de las comunidades que viven en medio del conflicto y daría más confianza a la sociedad que se está dialogando para poner fin al conflicto armado y no para obtener ganancias políticas.
En la construcción de una cultura de convivencia en paz. Estos es empezar a desarrollar procesos de deconstrucción de los imaginarios sociales donde se sustenta la violencia, toda forma de exclusión, el abuso del poder y recuperar-proponer imaginarios culturales y sociales donde primen las relaciones de convivencia, reconciliación, perdón, paz y  en justicia entre los seres humanos y con naturaleza. En esta perspectiva necesitamos que se den garantías a la oposición política y trabajar en como serian las relacione entre víctimas y victimarios en una sociedad que desea vivir en paz.
Otro aspecto que necesitamos profundizar y ampliar es la participación de los y las ciudadanas en los procesos sociales, políticos y en la decisiones económicas que nos afectan como sociedad. En otras palabras necesitamos pasar de la democracia del voto por personas-candidatas, a la participación y la toma decisión ciudadana en asuntos sociales y económicos.
Para las iglesias la paz es fruto de la justicia, pero la justicia solo se puede lograr a partir del respeto a la dignidad humana y de la protección de los derechos humanos. Hoy tenemos el desafío de ampliar esta perspectiva de los derechos humanos a los derechos de la naturaleza y de las comunidades que viven ligadas a sus territorios ancestrales y comunitarios. En esta perspectiva tenemos que trabajar para que los derechos humanos y los emergentes derechos de la naturaleza sean de pleno respeto y vigencia en nuestro país.
Un aspecto sobre el que hemos venido reflexionando las iglesias es la urgencia de buscar alternativas al actual modelo económico que genera violencia contra los seres humanos y la naturaleza, el cual se impone en Colombia en las últimas décadas y hoy está en crisis a nivel global. Las iglesias y el movimiento ecuménico al analizar este sistema económico hemos encontrado que “estamos ante un modelo de economía que pretende controlar toda la vida y ocupar el lugar de Dios para no tener quien le ponga límites. Este sistema engaña incluso a muchos cristianos que lo adoran y le sirven como si fuera el Dios de la tradición Bíblica. Su centro es una economía de mercado con el principio que el capital está por encima de la dignidad humana, del trabajo y del cuidado de la naturaleza. Esté modelo tiene crisis cíclicas pero tiene la capacidad de rehacerse y mostrarse como único y eterno. Es un sistema que produce idolatría ya que exige sacrificios y víctimas con el engaño de producir prosperidad y salvación”.[4]
Para finalizar deseamos reafirmar que las iglesias tenemos presencia en todos los rincones del país. Somos testigos presenciales y víctimas de la violencia y la dureza del conflicto, también hemos generado esperanza. Por esto creemos que tenemos un lugar clave en la transformación de nuestra realidad. Ante esta situación nuestro compromiso como personas y comunidades de fe, que creemos en el evangelio como buenas nuevas de paz, el cual entendemos como inclusivo, que valora la diversidad como fuerza creativa para la convivencia y la búsqueda de justicia, y dará como fruto abundante la paz para todas las personas y comunidades en Colombia.
De acuerdo con estamos comprometidos como sector de iglesias en la construcción de un amplio movimiento donde estemos presentes quienes anhelamos un nuevo día donde todos, todas y en especial los excluidos participemos en la construcción de la paz en nuestro país durante los próximos años. 
Universidad Nacional. Bogotá, 5 de diciembre de 2012.


[1] Documento elaborado por Milton Mejía con aportes de Jenny Neme, Ricardo Pinzón y Humberto Shikiya.
[2][2]Carta pastoral de líderes y lideresas de Iglesias y del movimiento ecuménico por la paz en Colombia. 27 y 28 de junio. Bogotá.
[3] Primera Cumbre Nacional de la Iglesia Cristiana Evangélica por la paz de Colombia. CEDECOL. San Andrés, febrero de 2006.
[4] Declaración del panel en las Cumbre de los Pueblos. Cartagena, 13 de abril de 2012.