www.unireformada.edu.co

jueves, 28 de mayo de 2015

DIACONIA PARA LA PAZ



Teología y experiencia de reconciliación en Colombia

El conflicto armado colombiano tiene cerca de 50 años y ha dejada cientos de miles de víctimas, millones de desplazados internos, refugiados, un incremento de la pobreza y de la marginación social,  lo que ha producido una crisis de derechos humanos y humanitaria,  siendo las principales víctimas la población civil del campo y las ciudades. Ante esta realidad se han intentado varias iniciativas de paz que no han tenido los resultados esperados, por lo que en los últimos años algunos sectores políticos han liderado la solución por la vía militar. Sin embargo, en los últimos años diversos sectores sociales han incrementado su clamor por la paz, para que el conflicto se resuelva por la vía del diálogo y la negociación política. En este contexto la opinión pública tiende a dividirse y por momentos a polarizarse entre quienes buscan la paz por medio del diálogo y quienes insisten en la terminación del conflicto por la vía militar.

Es por esta razón que, las iglesias y el movimiento ecuménico a partir de la enseñanza bíblica, se ubican en la perspectiva que la paz solo será posible como resultado de la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos, como fruto de la justicia, la no violencia y por medio del diálogo. Es por este sentido, que los Programas de Teología de la Corporación Universitaria Reformada (CUR) y la Fundación Universitaria Bautista (FUB) como parte del convenio de cooperación han venido trabajando para responder al desafío de aportar, desde la academia y a partir del análisis bíblico-teológico a la búsqueda de la paz en Colombia. En esta perspectiva se realizó durante el 2011 la investigación “Iniciativas de Paz de Iglesias Evangélicas y Ecuménicas en Colombia” la cual tuvo como objetivo valorar el impacto de algunas experiencias de paz del movimiento ecuménico y sistematizar aprendizajes para fortalecer el testimonio y la acción pública de las iglesias en la construcción de la paz en Colombia.

Estos procesos que se han venido trabajando de manera intencional para responder a los desafíos del contexto de violencia,  se plantean retos que exigen de la continuidad,  la retroalimentación desde las comunidades y de la articulación de las acciones que se desarrollan desde la academia con las experiencias e iniciativas de éstas y con las organizaciones sociales,  lo que permita diseñar nuevas estrategias que aporten a la búsqueda de la justicia, que conlleve de esta manera a la promoción de los derechos humanos y a la construcción de paz.
 
En este sentido, las instituciones educativas y la Red Ecuménica de Colombia conscientes de la necesidad de la continuidad y la articulación de los procesos de formación que fortalezcan en las comunidades las iniciativas de construcción de paz diseñaron  el  diplomado “Diaconía para la paz” como  parte de este proceso de cooperación y articulación, al cual se une la Red Ecuménica de Colombia con el apoyo del CMI y del CLAI, desde el cual se busca desarrollar procesos de análisis histórico, conceptuales, metodología de intervención social, de experiencias de construcción de paz y en investigación que permitan articular y ampliar el testimonio, la acción y el impacto de las iglesias y la sociedad civil en la construcción de paz en Colombia.
 
Igualmente, fortalecer las capacidades, las acciones y la incidencia publica-política de las comunidades eclesiales en la construcción de paz en Colombia, desde la perspectiva bíblica-teológica, teniendo en cuenta experiencias locales y del movimiento ecuménico internacional y a partir de un enfoque en derechos humanos, la no violencia y la búsqueda de justicia.

Desde los objetivos propuestos en el diplomado se espera  que los resultados de la formación sea vean reflejados en articular e incrementar la participación de las iglesias protestantes y sectores ecuménicos en los procesos de paz a nivel nacional y en las regiones de Colombia. Una forma de medir esta participación es que los sectores de iglesias puedan presentar propuestas en el proceso de negociación que se está iniciando entre el gobierno y las guerrillas, así como tener una participación activa en el movimiento social por la paz y animar experiencias locales y regionales de resolución no violenta de conflictos.

A partir de los objetivos el contenido del diplomado incluye aportes bíblico-teológicos para la construcción de la paz en Colombia desde el cual se desarrollo el concepto bíblico de diaconía desde una perspectiva profética de denuncia de las injusticias sociales y el anuncio de la esperanza en medio de procesos comunitarios de resistencia, entrelazando este concepto con los procesos de incidencia pública que desde la académia y las iglesias se pueden impulsar para movilizar a las comunidades en la construcción de paz y a los entes del gobierno para la construcción de políticas que beneficien a todos los que sufren por el conflicto armado.  En este sentido se incluyó la participación de sectores eclesiales en la construcción de la paz para evidenciar cómo desde estos escenarios se toma consciencia de la necesidad de articular el trabajo de la iglesia hacia la sociedad.

Desde el marco de los aportes biblico-teológicos se incluyó la metodología para la recuperación de la memoria histórica, a partir de la cual se realizó un ejercicio de recuperación de memoria en diversas comunidades que vienen desarrollando iniciativas de construcción de paz, toda esta experiencia se fortaleció enfatizando que es posible aportar a través de acciones para que nuestra sociedad pueda llegar a ser  una sociedad reconciliada en la cual el pluralismo y la diversidad son reconocidas como oportunidades de encuentro para defender la vida y la creación.

También el diplomado incluyó como  parte de la fundamentación la socialización de experiencias diaconales de paz y reconciliación en Colombia lo que permitio valorar que la diaconía con su dimensiónes profética, de servicio y polítca aporta en la transformación de las situaciones de sufrimiento de las comunidades. Desde este proceso se escucharon las voces de diversas experiencias  como;  pan y agua para la vida, Semillas de paz para la niñez, Escuelas bíblicas campesinas, el encuentro y la reconciliación, opción por la paz a la sombra del narcotrafico en la estrella, la memoria en la formación de veedurias, Teusaquillo territorio de paz: Un ejemplo de praxis interconfesional en Colombia, programa de acompañamiento por la paz en Uraba. Experiencias  que estan aportando desde la diaconia a la paz en Colombia. Esta parte marcó el sentido del diplomado porque permitió ver de manera concreta en la práctica la aplicación de la metodología de recuperación de memoria y la lectura de la realidad a través de la poesía.

En el diplomado participaron pastores, pastoras, lideres, liderezas sociales, estudiantes de teología, desplazados provenientes de varias regiones de Colombia involucrados en el trabajo de iniciativas de diaconia para la paz. Esta amplia y diversa participación facilitó el diálogo, la interrelación con diferentes expresiones culturales, la construcción de alternativas para la búsqueda de la paz a partir de lo que cada integrante está haciendo en sus comunidades. Esta construcción queda como evidencia en este libro el cual se espera que sea una herramienta que aporte a la reflexión biblico – teológica   y a la construcción de paz.

Finalmente, reconocemos el aporte de los participantes, a los docentes, facilitadores nacionales e internacionales, de las organizaciones ecuménicasque apoyaron el diplomado con recursos económicos y logisticos porque  contriubuyeron al despertar de un nuevo paradigma para comprender la diaconía como una acción profética que trasciende las parades de los templos, las universidades y se inserta en la realidad social que viven las comunidades para que a partir de ellas se construya iniciativas que aporten a la construcción de la paz en Colombia.

Algunos de los productos investigativos del diplomado se publican en este libro y son los siguientes:

Primera Parte
APORTES BÍBLICO-TEOLÓGICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN COLOMBIA

1.       Diaconía e incidencia para la paz.
Milton Mejía

2.       Participación de sectores eclesiales en la construcción de paz en Colombia.
Jenny Neme

3.       Marco bíblico-teológico de la recuperación de la memoria histórica.
Maritze Trigos Torres, OP

4.       Hacia una sociedad reconciliada. El aporte del pluralismo cristiano.
Enrique Vijver

Segunda Parte
EXPERIENCIAS DIACONALES DE PAZ Y RECONCILIACIÓN EN COLOMBIA

5.       Ecovida: pan y agua para la vida.
Sonia Nossa

6.       Semillas de paz para la niñez del barrio Rebolo de Barranquilla.
Norma Fernández y Rosa María Acosta

7.       Escuelas bíblicas campesinas de Trujillo, Valle.
Patricia Martínez Ospina

8.       Fraternidad de la Amistad: El encuentro y la reconciliación.
Jaime Alberto Ruiz

9.       Opción por la paz a la sombra del narcotráfico en La Estrella.
Juan Esteban Londoño

10.   Memorias en la conformación de veedurías ciudadanas en Galapa, Atlántico.
Un ojo incidente… para construir caminos de Paz.
Henry Barraza, Henry Novoa y Román Lamar Atencio

11.   Teusaquillo Territorio de Paz: un ejemplo de praxis interconfesional en Colombia.
Luis Fernando San Miguel, Carlos Sánchez, Alejandro García y Dayro Aranzález

12.   Programa de acompañamiento para  la paz  en el Presbiterio de Urabá.
Diego Higuita y Víctor Martínez

13.   Poemas a la memoria de las víctimas y por la reconciliación en Colombia.
Adelaida Jiménez

Mg, Adelaida Jiménez Cortés
Directora del Programa de Teología
Corporación Universitaria Reformada

lunes, 25 de mayo de 2015

ORGANIZACIONES SOCIALES Y ECLESIALES EN COLOMBIA PIDEN DIALOGO CON CESE BILATERAL AL FUEGO

DIÁLOGOS CON CESE BILATERAL AL FUEGO

Las plataforma y movimientos nacionales abajo firmantes, quieren manifestar su profunda preocupación por los hechos de guerra que se vienen presentando entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc-EP en los que han perdido la vida 10 soldados y 26 guerrilleros en el departamento del Cauca, todos hijos de nuestro país, hechos que han avocado la decisión del gobierno de reactivar los bombardeos y de parte   de las Farc-Ep   la decisión de suspender el cese unilateral al fuego.

Si bien se ha dialogado en medio de la confrontación armada, el cese unilateral decretado por las Farc-Ep en diciembre pasado y la respuesta que en su momento diera el Gobierno nacional de cesar los bombardeos por un mes prorrogable, además del acuerdo de "desminado", han sido signos concretos de avances en el desescalamiento de la confrontación, con el efecto directo de confianza por parte de las comunidades más afectadas por el conflicto armado interno.

Ante estos dos graves hechos de guerra, que afectan la esperanza de paz en nuestro país, queremos insistir con vehemencia al gobierno de Colombia y a la guerrilla de las Farc-EP, en nuestro reclamo de un cese bilateral al fuego, lo que incidirá de modo directo en la confianza en el proceso por parte de las comunidades y de las mujeres y hombres de buena voluntad de nuestro país.

No más soldados ni guerrilleros muertos, no más afectaciones a la población civil. Las acciones unilaterales o bilaterales que redunden en la protección de la vida y la integridad personal de combatientes y no combatientes es un signo de amor a la vida, de respeto a Colombia, de aprecio a las comunidades indígenas, afrodescendientes, mestizas, que habitan los territorios, de reconocimiento a los sectores de la sociedad que apuestan por un país que garantice el bienestar de todas y todos. No es un signo de debilidad.

Recordamos que la sociedad que quiere la paz fue la que posibilitó la reelección del presidente Santos para su segundo mandato, contra los discursos que avivaban la violencia por parte del otro candidato con altas posibilidades de ganar las presidenciales. Esas mayorías reclaman la generosidad de las partes. El cese bilateral al fuego será una justa respuesta a ese llamado a la paz que masivamente se ratificó el pasado 9 de abril en las calles de las principales ciudades de Colombia.

De no avanzarse hacia un cese bilateral, cada muerte evitable seguirá hiriendo la conciencia moral de la sociedad y seguirá sumando a la responsabilidad de quienes pudiendo desescalar la confrontación, no tienen la voluntad de hacerlo.

Llamamos a los medios de información a no incentivar los odios entre colombianos con el uso de un lenguaje que expresa desprecio por los muertos de la guerrilla y exalta los del ejército nacional cuando todos son colombianos y colombianas, cuyas vidas son invaluables y sus muertes se habrían podido evitar con el cese bilateral.

Con profunda preocupación,

Comunidades Construyendo Paz en los Territorios -CONPAZ- constituida por 130 organizaciones de base.
Coordinación Colombia Europa Estados Unidos – CCEEU-, constituida por 260 organizaciones defensoras de derechos humanos.
Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo, constituida por 76 organizaciones defensoras defensoras de derechos humamos.
Dialogo Intereclesial por la Paz en Colombia -DIPAZ- constituida por 42 organizaciones nacionales y dialogantes internacionales.
Clamor Social por la Paz constituida por 50 organizaciones.
Alianza de Organizaciones Sociales y Afines, constituida por 165 organizaciones sociales.

Colombia, 22 de mayo de 2015

lunes, 18 de mayo de 2015

LA PAZ LES DEJO, LA PAZ EMPIEZA HOY


"La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden".  Juan 14:27

Durante este fin de semana (15 al 18 de mayo de 2015) iglesias de diversas tradiciones en Colombia, Estados Unidos y otros países de la región están unidas en oración y acciones por la paz en Colombia. Estas actividades son parte de la décima jornada de los Días de Oración y Acción por Colombia que promovemos representantes de organizaciones cristianas que creemos que Dios nos llama a ser constructores de paz en medio de la violencia que estamos viviendo en Colombia por más de 50 años y las posibilidades de un acuerdo para poner fin a esta violencia por medio de los diálogos que se realizan en la Habana entre el gobierno colombiano y las Farcs y los que se anuncian con el ELN.

Durante estos días las iglesias organizan tiempos de oración, adoración, tiempos de estudio bíblicos sobre lo que significa la paz y escuchan testimonios de personas o comunidades que trabajan en la construcción de paz en Colombia. También en uno de estos días realizan una acción pública de incidencia y escriben a sus gobiernos y congresos para que sus políticas y programas se comprometan con la construcción de la paz como fruto de la justicia y con participación de los sectores sociales, especialmente de quienes son más excluidos.

El lema de este año es: “La paz del mañana empieza hoy” y tiene como objetivo que reflexionemos sobre lo importante de entender que la paz no es una promesa de Dios para el futuro sino que Jesús la da y la podemos vivir entre nosotros en el presente. Por esta razón es necesario estudiar en los evangelios como entendió y vivió Jesús la paz. Para lograr esto contamos con muchos textos bíblicos donde Jesús habla de la paz y también con su estilo de vida, la cual fue un ejemplo de relaciones de paz.

Como tengo poco tiempo y deseo que dialoguen sobre lo que significa para ustedes que “La paz del mañana empieza hoy” voy a hacer una breve reflexión sobre Juan 14: 26 y 27. He escogido este texto en razón que me parece importante que esta es la oración de despida de Jesús donde dice que no nos dejara huérfano y promete enviar al Espíritu Santo, al consolador o defensor como traducen varias versiones de la biblia.

En este contexto de despedida y de promesa de Espíritu Santo Jesús le dice a sus discípulos: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. En esta afirmación Jesús deja claro que la paz que él da es una realidad no para el futuro sino que la está dando para el presente. Jesús les advierte la paz que les está dando no es como la da el mundo y que no deben angustiarse y acobardarse.

Esta advertencia parece tener sentido ante los hechos que narra Juan en su evangelio donde tanto para Jesús y sus seguidores lo que viene es persecución y el mismo asesinato de Jesús por parte de las autoridades Judías y romanas. De esta forma se puede ver como Jesús hace la diferencia entre la paz que él está dando y la paz del mundo que había impuesto el imperio romano en su tiempo.
Si analizamos las diferencias entre la paz que nos da Jesús y la paz del mundo que había impuesto el imperio romano podemos resaltar algunos aspectos que son importantes para ser constructores de paz en n nuestro país:

El texto nos ayuda a entender que la paz que Jesús da no es para el futuro en la vida eterna y el mundo del que habla el texto bíblico no se refiere a lo que muchos cristianos consideran el mundo en nuestro tiempo. El mundo al cual se está refiriendo Jesús es al imperio romano que en el tiempo de Jesús había impuesto una paz por medio de un poderoso ejército, con el cual eliminaba a todas las personas y los grupos que consideraba como peligrosos para sus intereses políticos y económicos. A esto se refiere Jesús cuando afirma sobre la paz: “Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo”. De esta forma se puede afirmar que la paz que da Jesús es diferente a la paz militar que había impuesto el imperio romano en su tiempo.

Para nosotros esta perspectiva nos llama a oponernos a los sectores que insisten que la paz se logra mediante la conformación de ejércitos poderosos para hacer la guerra y derrotar a quien consideran enemigo por la vía militar. Así la paz que nos da Jesús no es para el futuro, la paz empieza hoy cuando como cristianos asumimos el compromiso de rechazar toda propuesta militarista para garantizar la convivencia pacífica entre los seres humanos.

Otro aspecto interesante de la paz que Jesús da está relacionado con la presencia del Espíritu Santo. En el texto Jesús dice a los discípulos que el Espíritu Santo les enseñará y recordará todo lo que él ha dicho e inmediatamente les dice que les deja y da la paz. Creo que es bueno resaltar aquí la paz que Jesús da es para el presente y la promesa del Espíritu Santo es para el futuro con la tarea de recordarles y enseñarles lo que Jesús les había dicho. De esta forma Jesús une la promesa del Espíritu Santo con la paz que está dando a sus discípulos.

Parece que los discípulos no entienden esto al inicio pero ante el asesinato de Jesús en la cruz por las autoridades judías y del imperio romano, al experimentar la resurrección y recibir el Espíritu Santo, constituyen un movimiento que empieza a anunciar el evangelio de paz en todo el imperio romano. Los discípulos entonces entienden que este movimiento del evangelio de paz que empezó a liderar Jesús no estaba soportado en ninguna fuerza militar, su poder consistía en construir comunidades donde las personas oraban, adoraban a Dios y compartían según sus necesidades y especialmente con los más necesitados (hechos 2:41-47 y 4:32-34). De esta forma los primeros cristianos constituyen un movimiento de resistencia al imperio con una forma de convivencia a partir de la paz que Jesús les había dado y de lo que el Espíritu Santo les estaba recordando y enseñando.

La pregunta para nosotros como iglesia es ¿Cómo podemos empezar a vivir la paz que Jesús nos da para contribuir con la paz en nuestro país hoy?

En el siguiente video pueden ver el resultado del dialogo sobre esta pregunta:

Milton Mejía
Predicación en la Iglesia Presbiteriana, Barrio las Nieves, Barranquilla

17 de mayo de 2015. DOPA 2015