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martes, 16 de junio de 2015

PERCEPCIONES Y DESAFIOS ECLESIALES ANTE LA CRISIS CLIMATICA



Por: Milton Mejía, proyecto de aula con estudiantes de los cursos de investigación socio religiosa y electiva profesional 2015-1 del Programa de Teología de la CUR.

INTRODUCCIÓN

El siguiente ensayo es el resultado de un proyecto de investigación en el aula realizado durante el primer semestre de 2015 con estudiantes que participaron en los cursos de Investigación Socio Religiosa y Electiva Profesional del Programa de Teología de la CUR. Este proyecto de aula busco indagar sobre las percepciones y desafíos que la comunidad educativa y eclesial tiene sobre la crisis climática y el calentamiento global desde su experiencia y una perspectiva teológica. La investigación se realizó por medio de lecturas, elaboración de fichas y se aplicó una encuesta de selección múltiple la cual hicieron los estudiantes a cerca de 200 personas de la comunidad educativa y en algunos barrios de Barranquilla donde hay presencia de iglesias. Como profesor fui responsable se elaborar el proyecto, sistematizar las encuestas y redactar este ensayo final donde está incluido lo trabajado por los estudiantes, mis investigaciones y los productos que hicieron los estudiantes para educar a la comunidad desde una perspectiva ecológica.

LAS IGLESIAS Y EL CAMBIO CLIMATICO A NIVEL GLOBAL Y REGIONAL

La realidad del calentamiento global en la vida cotidiana de las personas, las comunidades, los países y la naturaleza está forzando para que muchos sectores de nuestra sociedad procuren atender y dar respuestas a sus efectos en la vida humana y socio ambiental. El mayor movimiento se da en el proceso de preparación de la Cumbre sobre Cambio Climático que se realizará en Paris (COP 21[1]) en diciembre de 2015, donde los países concluyen un proceso de negociación de varios años para adoptar un nuevo acuerdo global de lucha contra el cambio climático que relevara el Protocolo de Kioto (1997)[2] que expira en el 20120. El proceso de negociación de este acuerdo está liderado por las Naciones Unidas, donde participan diplomáticos de todos los países y de organizaciones internacionales. Por su parte representantes de la sociedad civil y comunidades afectadas por el cambio climático realizan diversas acciones para incidir en estas negociaciones por un acuerdo que proteja la vida humana y de la naturaleza. Las iglesias y el movimiento ecuménico se han unido a estos procesos y han venido realizando consultas, cumbres interreligiosas y campañas de movilización de la opinión pública e incidencia para que los organismos internacionales y los Estados tomen medidas para detener el cambio climático y se haga justicia a las comunidades más afectadas. La Iglesias Católica Romana liderada por el Papa Francisco está próxima a hacer pública una Encíclica sobre cambio climático, la cual han anunciado con el título “Laudato si”    

Este movimiento se da en razón que según investigadores desde mediados del siglo pasado el ritmo de explotación y destrucción ecológica se ha acelerado con la destrucción de casi la mitad de los grandes bosques de la tierra, que son los pulmones del planeta, se ha soltado a la atmósfera cantidades inmensas de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero que han producido una elevación de la temperatura en un promedio de 0,5° Celsius y si no se toman medidas en los próximos años se podría incrementar a la temperatura entre 2 y 5° Celsius. Esto ha provocado un gigantesco agujero en la capa de ozono que protege la vida de la radiación ultravioleta, lo cual amenaza la salud de muchos organismos vivos. Se ha socavado gravemente la fertilidad del suelo y su capacidad para sustentar la vida vegetal con lo que se ha perdido un 65% de tierras que una vez fueron cultivables y otros 15% de la superficie terrestre se está desertizando. Desaparecen todos los años cincuenta mil especies, casi todas ellas como consecuencia de la actividad humana con lo que podemos estar sufriendo la mayor extinción masiva de la historia de la tierra (Hathaway y Boff, 2009: 31-32).
                     
Representantes de organizaciones ecuménicas e iglesias en América Latina y el Caribe (ALC) han empezado a dar respuestas a la realidad de la crisis climática en la región. Una de estas respuestas se dio en Lima, Perú durante la COP 20 y la Cumbre de los Pueblos, realizadas entre el 1º al 12 de diciembre de 2014. En una declaración de los representantes de iglesias y organizaciones ecuménicas que participaron en estas reuniones manifestaron su preocupación ante los efectos del cambio climático que está produciendo sufrimiento, en forma alarmante, a extensas regiones y poblaciones en América Latina durante los últimos años (COP 20).

En la declaración firmada por representantes de cerca de 15 iglesias y organizaciones ecuménicas se analiza los efectos del cambio climático en la región donde se destaca que:

La riqueza natural de América Latina y el Caribe permite que la región tenga la mayor biodiversidad del mundo, pero también la hace más vulnerable ante los efectos del cambio climático. Se calcula que por el cambio climático América Latina, será severamente afectada en los próximos años por el aumento de la temperatura y la correspondiente disminución de la humedad del suelo. Esto provocará: una sustitución gradual de los bosques tropicales por desiertos, la vegetación semiárida se transformará progresivamente por vegetación de tierras áridas, pérdidas de diversidad biológica con la extinción de especies en muchas áreas de la América Latina tropical, la productividad de algunos cultivos importantes disminuirá y con ella la productividad pecuaria, se afectará negativamente a la seguridad alimentaria, cambios en los patrones de precipitaciones, la desaparición de los glaciares ocasionará una disminución notable en la disponibilidad de agua para consumo humano y agrícola, el aumento del nivel del mar intensificará las inundaciones, las mareas de tempestad, la erosión y otros fenómenos costeros peligrosos (COP 20).

La declaración considera que los efectos del cambio climático son verdaderamente una amenaza a la vida humana y la naturaleza, don precioso que hemos recibido en la creación y que Dios pide cuidar. Hace un llamado urgente para que como seres humanos cambiemos el estilo de vida consumista que llevamos y pide a los gobiernos más poderosos del planeta que pongan límites a la desmesurada e irracional política de acumulación de riqueza basadas en el extractivismo y en una industria generadora de emisión de gases de efecto invernadero. Además afirma que “el mensaje de nuestra fe cristiana y la espiritualidad de nuestros pueblos ancestrales nos convoca a iniciar una nueva relación con la tierra y entre todos los seres vivos que en ella habitamos” (COP 20).

En esta misma perspectiva se manifestaron quienes participaron en La Cumbre Interreligiosa sobre Cambio Climático realizada el septiembre de 2014 en Nueva York. En nuestras comunidades y a través de los medios de comunicación, vemos las manifestaciones del cambio climático en todas partes. Hemos oído hablar a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo acerca de los efectos del cambio climático sobre las personas y la naturaleza. Reconocemos que estos efectos tienen consecuencias de manera desproporcionada en las vidas, las condiciones sociales y los derechos de los más pobres, los marginados y las poblaciones más vulnerables, incluidos los pueblos indígenas. Cuando los que menos han contribuido al cambio climático son los golpeados más fuertemente, se convierte en un problema de injusticia” (Declaración Interreligiosa sobre cambio climático).

Para superar esta injusticia necesitamos de manera urgente establecer una nueva relación con la tierra ya que estamos tocando los límites físicos del planeta Tierra con nuestra voracidad productivista y consumista. Según Boff ante nuestra voracidad “la Tierra responde con huracanes, tsunamis, crecidas devastadoras, terremotos y una incontenible subida del calentamiento global. Si llegamos a aumentar la temperatura dos grados centígrados, la situación todavía sería manejable. Pero si no hacemos los deberes, disminuyendo drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero y no reorientamos nuestra relación con la naturaleza hacia la autocontención colectiva y el respeto a los límites de soportabilidad de cada ecosistema, entonces se prevé que el clima puede elevarse de 4 a 6° Celsius. Ahí conoceremos la “tribulación de la desolación”, para usar una expresión bíblica, y gran parte de las formas de vida que conocemos, inclusive partes de la humanidad, no podrán subsistir” (Boff 2015).

PERCEPCIONES LOCALES DEL CRISIS CLIMÁTICA

Al leer investigaciones y estudios especializados sobre esta realidad somos desafiados a actuar pero en lo que hemos observado en la vida cotidiana de muchas personas las manifestaciones del calentamiento global y el cambio climático se están experimentando en diferentes formas y son interpretadas de diversas maneras por las personas y las comunidades. Para captar las percepciones de las personas ante el cambio climático y que iniciativas están empezado a realizar ante sus efectos realizamos una indagación sobre el conocimiento, las consecuencias y las reacciones que tienen las personas ante el calentamiento global y el cambio climático. Esta indagación se realizó por medio de una encuesta a partir de una muestra de cerca de 200 personas entre quienes están estudiantes de la Universidad Reformada (CUR), personas de algunas comunidades y miembros de diversas iglesias en Barranquilla.

Al analizar las respuestas y las propuestas que dieron las personas que participaron en la encuesta con los y las encuestadoras se valora que la experiencia fue muy positiva ya que permitió que los estudiantes de los cursos que hicieron la indagación tuvieran un acercamiento no solo teórico y de lecturas del tema sino que dialogaran con diversas personas sobre la forma como siente y viven la realidad del calentamiento global en la vida cotidiana. Los estudiantes al valorar los diálogos sintieron que completar la encuesta fue de interés ya que las personas entrevistadas manifestaron que cada día son más conscientes de los efectos del calentamiento global, por lo que en algunas ocasiones se generó un dialogo donde se animó a los estudiantes a seguir trabajando este tema y para que promovieran iniciativas que ampliaran el trabajo de educación y sobre el cuidado de la naturaleza.

En el análisis de los resultados de las encuestas se puede reconocer que cerca del 100% de las personas conocen de la situación del cambio climático y el calentamiento global. A la pregunta sobre las causas de este cerca del 80% responde que este fenómeno es producto del ser humano, un porcentaje menos dice que la cusa es de la misma naturaleza o es voluntad de Dios. Esto refleja que hay una información básica sobre la situación climática que estamos viviendo.

Creo que por haberse realizado las encuestas en Barranquilla donde se experimenta un tiempo sin lluvias y el incremento del calor, cerca de un 70% considera que los efectos del cambio climático que más han sentido son el incremento del calor y el cambio de los tiempos de lluvias y según un alto porcentaje de las personas encuestadas, quienes más sufren sus efectos son los campesinos y personas pobres. Es significativo que se considere que los estudiantes y los trabajadores sufren poco los efectos del calentamiento global ya que la mayoría de las personas encuestadas pertenecen a estos grupos. Ante esto queda la pregunta ¿Porque los estudiantes y las personas trabajadoras no sufren los efectos del cambio climático?

Antes este fenómeno la mayoría de las personas encuestadas solo se preocupa y es muy poco el porcentaje de personas que buscan mayor información o buscan conocer iniciativas para prevenir el calentamiento global. De hecho solo la mitad de las personas entrevistadas conocen alguna iniciativa para prevenir el calentamiento global.

Relacionando las respuestas podría interpretar que la mayoría de las personas encuestadas tienen una información básica de la problemática, pero pocas son quienes están experimentado de manera consciente los efectos del cambio climático. Esto se refleja en que lo que más sentimos es el incremento del calor, lo cual atenuamos con el uso de aires acondicionados, que disminuye la temperatura pero tiene efectos negativos sobre el medio ambiente. Esta observación también se puede constar con las pocas iniciativas que se conocen sobre cómo prevenir el calentamiento global.
       
Las propuestas que hicieron quienes fueron entrevistados para fortalecer la acción de las iglesias y las instituciones educativas se pueden organizar en tres grupos:
El primer grupo incluye un proceso de educación a niños, jóvenes y personas de todas las edades para sensibilizar y concientizar sobre los daños que se le están haciendo a la naturaleza y los peligros a que estamos expuestos como seres humanos por el calentamiento global. Este proceso de educación implica que los colegios, las universidades y las iglesias incluyan la realidad del cambio climático en sus procesos educativos por medios de publicaciones escritas y audiovisuales, en los cursos, con conferencias, talleres, escuela dominical y predicaciones.

La segundo grupo de propuestas tiene que ver con la incidencia política para que el gobierno nacional, las autoridades locales y el congreso elaboren e implementen políticas públicas y programas de protección de la naturaleza, descontaminación ambiental y fomente un desarrollo económico bajo en carbono. En esta área las iglesias y universidades necesitan formar líderes que investiguen sobre el tema y hagan propuestas al gobierno nacional y los gobiernos locales.

En el tercer grupo se incluyen compañas y acciones para cuidar la naturaleza. Entre las compañas que se proponen están: De oración y ayuno para detener el cambio climático, recolección y reciclaje de basuras, siembra y para prevenir la tala de árboles, la reducción de gases contaminantes, cuidar los ríos, ahorro de agua, proteger los bosques y los animales en extinción.

HACIA UNA IGLESIA COMPROMETIDA CON EL CUIDADO DE LA CRACION

La realidad que vivimos donde los efectos del cambio climático nos afectan cada día más y la necesidad de un mayor compromiso de los centros de educación y las iglesias en el cuidado de la creación nos desafían a trabajar en las propuestas que hicieron las personas que fueron encuestadas para fortalecer procesos educativos, de incidencia y programas que involucren a las personas y las comunidades en la protección de la naturaleza y la vida en todas sus formas.

Al pensar en procesos educativos es importante resaltar que una educación social y teológica que promueva el cuidado de la naturaleza tiene que superar la interpretación clásica donde la naturaleza es vista para ser dominada y explotada por el ser humano. Moltman hace ver esto cuando explica que si queremos entender la naturaleza como creación de Dios y percibir la presencia del Espíritu de Dios en ella, entonces debemos dejar de pensar en términos de dominio y aprender a pensar de otro modo: un modo de pensar comunicativo, de colaboración e integrador entre los seres humanos y con la naturaleza.”(Moltman, 1992: 89). Se trata de superar la cultura dominante que mira la naturaleza como objeto para ser investigado, explotado y vendido por el ser humano.  Esta es la concepción antropocéntrica clásica que sitúa al ser humano “varon” en el centro de mundo y quien se toma el poder de controlar y dominar toda la creación, a partir de una lectura descontextualiza de la biblia (Chipana, Leon y Mubig, 2011: 21).

Esta concepción antropocéntrica moderna tiene una fuerte influencia filosófica de la ilustración “que redujo a Dios a un relojero, quien –una vez que ha puesto en función la mecánica del mundo- se retiró de su obra, dejándole al ser humano la tarea de dominarlo y controlarlo. A su vez, las corrientes del empirismo, empezando con Francis Bacon, desarrollaron las ciencias modernas naturales, apoyadas por la filosofía del racionalismo, sobre todo con Rene Descartes, quien –basado en el antiguo dualismo griego- cambio la relación entre ser humano y naturaleza en una relación de sujeto (persona) y objeto (naturaleza)”. (Chipana, Leon y Mubig, 2011: 21).
 
Superar esta concepción clásica de dominación y control de la naturaleza y entre los mismo seres humanos ayudará para que empecemos a experimentar un cambio en la forma de pensar y vivir que permita leer los textos bíblicos desde el contexto cultural donde se originaron, donde los seres humanos junto con todos los seres vivos fuimos creados por un mismo Dios para ser una familia, por lo que necesitamos unos de otros para vivir, cuidarnos, ser solidarios y respetarnos, lo que permite tener vida abundante y agradar al Dios que nos creó a su imagen y semejanza.

Sobre la incidencia política donde están enfocadas el segundo grupo de propuestas, hay “aceptación que cuando se habla de incidencia política se hace referencia a un proceso consciente y organizado de un determinado grupo para ejercer influencia por medio de la persuasión y/o la presión sobre quienes tiene poder de formular e implementar políticas y programas públicos. El fin último es lograr cambios económico, políticos, sociales y en la forma como se organiza la sociedad. De acuerdo con esta perspectiva, la incidencia política es una forma de trabajar por el cambio o la trasformación de la sociedad desde grupos que no tienen o están al margen de las instancias de poder”. (Mejía, 2014: 17).

Los líderes religiosos que se reunieron en la Cumbre por el Clima en septiembre de 2014 en Nueva York en relación a la incidencia hicieron un llamado a todos los gobiernos para expresar un compromiso que permita limitar el calentamiento del planeta por debajo de 2 ° Celsius y pidieron que todos los Estados que comparten en la responsabilidad de formular y aplicar estrategias de desarrollo bajas en carbono que lleven a una de-carbonización y a la eliminación completa de los combustibles fósiles para mediados de siglo. También pidieron a todos los Estados que trabajen de manera constructiva hacia un acuerdo climático global de largo alcance en París en 2015, basándose en la transparencia, la adecuación y la responsabilidad. Según los líderes religiosos el nuevo acuerdo global sobre el clima deberá ser: suficientemente ambicioso como para mantener el aumento de temperatura muy por debajo de Celsius; suficientemente justo como para distribuir las cargas de manera equitativa; y suficientemente vinculante a nivel jurídico para garantizar que las políticas climáticas nacionales puedan frenar eficazmente las emisiones, estas estarán bien financiadas y serán plenamente implementadas (Declaración Interreligiosa sobre cambio climático).

Tradicionalmente se ha valorado la política como negativa por estar asociado con partidos y procesos electorales pero en nuestro tiempo la incidencia política es vista como una herramienta importante para que las organizaciones de la sociedad civil y las iglesias busquemos promover cambios globales y locales que beneficien a los sectores más desprotegidos de la sociedad y protejan creación de Dios. En esta perspectiva como líderes de iglesias tenemos el desafío de aprender a diseñar e implementar una estrategia de incidencia política a nivel local y nacional siendo la realidad de la crisis climática una buena oportunidad para empezar.

El último grupo de propuestas está centrado en acciones o campañas para que a nivel personal y comunitario nos involucremos en prevenir el calentamiento global y cuidar la creación de Dios. En esta perspectiva se considera que la incidencia ante los organismos internacionales y los gobiernos es importante ya que se pueden crear políticas de protección de la naturaleza pero esto no es suficiente si como ciudadanos no actuamos a nivel local y con un compromiso particular para que estas políticas se implementen en la sociedad y cambiemos un estilo de vida que valore el cuidado de la naturaleza a partir de acciones locales que se vayan articulando a nivel global.

Un ejemplo de acciones que se van articulando en lo local y a nivel global es la cadena de ayuno por el cambio climático durante un año que se realiza en estos momentos, donde 365 personas de diversos contextos, tradiciones de fe y pertenecientes a todos los continentes están ayunando durante un día desde el 1 de diciembre de 2014, cuando se inició la conferencia climática de la ONU en Lima, Perú (COP 20), hasta el 30 de noviembre de 2015, que comenzará la conferencia en París, Francia (COP 21). Quienes participan de esta campaña cada primer sábado de cada mes hacen un ayuno colectivo. Al ayunar estas personas y comunidades lo hacen para solidarizarse con las personas vulnerables que son las más afectadas por los impactos climáticos peligrosos y para hacer un llamado a los gobiernos y a los líderes mundiales a actuar y lograr un acuerdo global que permita hacer frente a la crisis climática que nos afecta como humanidad (https://www.facebook.com/fastfortheclimate/timeline).

Campañas como estás nos desafían como iglesias para que nos articulemos desde acciones locales como la oración, el ayuno, procesos de educación y  acciones de incidencia para que vayamos construyendo una Red local, nacional e internacional de acción de las iglesias junto con otros sectores sociales para actuar a favor de la protección de la naturaleza.

Compartimos algunos recursos educativos que los y las estudiantes elaboraron durante el curso para concientizar y educar a las iglesias:

TU AMBIENTE VA A CAMBIAR

Canción de Alma Ines Estrada
CALENTAMIENTO GLOBAL//
El mundo se va a quemar, calentamiento global
Yo no sé qué va a pasar el mundo se va a quemar
Si te quieres refrescar arboles debes plantar y así la brisa soplara
CORO
Cuando empieces a sudar agua te tendrás que echar y así te aliviaras
Tu mundo va a cambiar
Cuando empieces a respetar y los arboles no talar
Tu ambiente mejorara y el calentamiento disminuirá
La creación cuidaras y los demás te seguirán
CALNTAMIENTO GLOBAL//
Te invitamos a cambiar y a valorar la humanidad
Apártate de tu maldad y el reino se establecerá
Vivirás tu realidad y la creación cuidaras
Dios te honrará y la tierra cuidarás
CALETAMIENTO GLOBAL//
Vive tu realidad te invitamos a cambiar
Y a valorar la humanidad

POESIA A LA MADRE NATURALEZA
Por Angy Rodríguez Fábregas

 A Nuestra Madre Naturaleza que vistes de verdes prados, mujer que llora y que gime por tus vestidos fragmentados.  En cenizas se han convertido tus bosques animados, ya ni los pajarillos cantan, huyen los ciervos y venados.

Ya la brisa no son frescas huelen a árboles quemados y los ríos de aguas claras su color han dejado y tu corazón muriendo por el aire tan contaminado.

Oh madre naturaleza hasta cuándo estarán los indolentes del gobierno y muchos desalmados que se hacen los desentendidos de lo que está pasando haciendo de este planeta un lugar cada vez más deshabitado.

Pero habemos muchos de tu lado y juntos te coseremos tus vestidos y tu corazón destrozados y lo haremos más lindo, como solo Dios lo ha diseñado un lugar de verde pastos y la paz en el que todos estemos rodeados.   

Otros materiales se pueden encontrar en el siguente link:

REFERENCIAS
Boff L. (2015). A las agresiones humanas la tierra responde con flores. https://leonardoboff.wordpress.com/2015/02/26/a-las-agresiones-humanas-la-tierra-responde-con-flores/
COP 20: Organizaciones ecuménicas e iglesias llaman a cambiar estilo de vida consumista. http://alc-noticias.net/es/2014/12/10/cop-20-organizaciones-ecumenicas-e-iglesias-llaman-a-cambiar-el-estilo-de-vida-consumista/
Archivo Encuestas Cambio Climático en Barranquilla, abril 2015, Realizadas por participantes en el curso investigación socio religioso y electivo profesional, Programa de Teología, CUR.
Hathaway M y Boff L. (2009). El Tao de la liberación una ecología de la transformación. Editorial Trotta. Madrid.
Mejía. M. (2014). Diaconía e incidencia para la paz, en el libro Diaconía para la Paz. Ediciones CUR. Barranquilla.
Moltman. J. (1992). La Justicia crea Futuro, Política de Paz y ética de la creación en un mundo amenazado: Sal Terrae. Madrid.



[1] Más información sobre la CPO 21 se puede ver en: http://www.cop21.gouv.fr/es
[2] El protocolo de Kioto compromete a los países industrializados a estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero. Más información se puede ver en: http://unfccc.int/portal_espanol/informacion_basica/protocolo_de_kyoto/items/6215.php

jueves, 28 de mayo de 2015

DIACONIA PARA LA PAZ



Teología y experiencia de reconciliación en Colombia

El conflicto armado colombiano tiene cerca de 50 años y ha dejada cientos de miles de víctimas, millones de desplazados internos, refugiados, un incremento de la pobreza y de la marginación social,  lo que ha producido una crisis de derechos humanos y humanitaria,  siendo las principales víctimas la población civil del campo y las ciudades. Ante esta realidad se han intentado varias iniciativas de paz que no han tenido los resultados esperados, por lo que en los últimos años algunos sectores políticos han liderado la solución por la vía militar. Sin embargo, en los últimos años diversos sectores sociales han incrementado su clamor por la paz, para que el conflicto se resuelva por la vía del diálogo y la negociación política. En este contexto la opinión pública tiende a dividirse y por momentos a polarizarse entre quienes buscan la paz por medio del diálogo y quienes insisten en la terminación del conflicto por la vía militar.

Es por esta razón que, las iglesias y el movimiento ecuménico a partir de la enseñanza bíblica, se ubican en la perspectiva que la paz solo será posible como resultado de la participación ciudadana, el respeto a los derechos humanos, como fruto de la justicia, la no violencia y por medio del diálogo. Es por este sentido, que los Programas de Teología de la Corporación Universitaria Reformada (CUR) y la Fundación Universitaria Bautista (FUB) como parte del convenio de cooperación han venido trabajando para responder al desafío de aportar, desde la academia y a partir del análisis bíblico-teológico a la búsqueda de la paz en Colombia. En esta perspectiva se realizó durante el 2011 la investigación “Iniciativas de Paz de Iglesias Evangélicas y Ecuménicas en Colombia” la cual tuvo como objetivo valorar el impacto de algunas experiencias de paz del movimiento ecuménico y sistematizar aprendizajes para fortalecer el testimonio y la acción pública de las iglesias en la construcción de la paz en Colombia.

Estos procesos que se han venido trabajando de manera intencional para responder a los desafíos del contexto de violencia,  se plantean retos que exigen de la continuidad,  la retroalimentación desde las comunidades y de la articulación de las acciones que se desarrollan desde la academia con las experiencias e iniciativas de éstas y con las organizaciones sociales,  lo que permita diseñar nuevas estrategias que aporten a la búsqueda de la justicia, que conlleve de esta manera a la promoción de los derechos humanos y a la construcción de paz.
 
En este sentido, las instituciones educativas y la Red Ecuménica de Colombia conscientes de la necesidad de la continuidad y la articulación de los procesos de formación que fortalezcan en las comunidades las iniciativas de construcción de paz diseñaron  el  diplomado “Diaconía para la paz” como  parte de este proceso de cooperación y articulación, al cual se une la Red Ecuménica de Colombia con el apoyo del CMI y del CLAI, desde el cual se busca desarrollar procesos de análisis histórico, conceptuales, metodología de intervención social, de experiencias de construcción de paz y en investigación que permitan articular y ampliar el testimonio, la acción y el impacto de las iglesias y la sociedad civil en la construcción de paz en Colombia.
 
Igualmente, fortalecer las capacidades, las acciones y la incidencia publica-política de las comunidades eclesiales en la construcción de paz en Colombia, desde la perspectiva bíblica-teológica, teniendo en cuenta experiencias locales y del movimiento ecuménico internacional y a partir de un enfoque en derechos humanos, la no violencia y la búsqueda de justicia.

Desde los objetivos propuestos en el diplomado se espera  que los resultados de la formación sea vean reflejados en articular e incrementar la participación de las iglesias protestantes y sectores ecuménicos en los procesos de paz a nivel nacional y en las regiones de Colombia. Una forma de medir esta participación es que los sectores de iglesias puedan presentar propuestas en el proceso de negociación que se está iniciando entre el gobierno y las guerrillas, así como tener una participación activa en el movimiento social por la paz y animar experiencias locales y regionales de resolución no violenta de conflictos.

A partir de los objetivos el contenido del diplomado incluye aportes bíblico-teológicos para la construcción de la paz en Colombia desde el cual se desarrollo el concepto bíblico de diaconía desde una perspectiva profética de denuncia de las injusticias sociales y el anuncio de la esperanza en medio de procesos comunitarios de resistencia, entrelazando este concepto con los procesos de incidencia pública que desde la académia y las iglesias se pueden impulsar para movilizar a las comunidades en la construcción de paz y a los entes del gobierno para la construcción de políticas que beneficien a todos los que sufren por el conflicto armado.  En este sentido se incluyó la participación de sectores eclesiales en la construcción de la paz para evidenciar cómo desde estos escenarios se toma consciencia de la necesidad de articular el trabajo de la iglesia hacia la sociedad.

Desde el marco de los aportes biblico-teológicos se incluyó la metodología para la recuperación de la memoria histórica, a partir de la cual se realizó un ejercicio de recuperación de memoria en diversas comunidades que vienen desarrollando iniciativas de construcción de paz, toda esta experiencia se fortaleció enfatizando que es posible aportar a través de acciones para que nuestra sociedad pueda llegar a ser  una sociedad reconciliada en la cual el pluralismo y la diversidad son reconocidas como oportunidades de encuentro para defender la vida y la creación.

También el diplomado incluyó como  parte de la fundamentación la socialización de experiencias diaconales de paz y reconciliación en Colombia lo que permitio valorar que la diaconía con su dimensiónes profética, de servicio y polítca aporta en la transformación de las situaciones de sufrimiento de las comunidades. Desde este proceso se escucharon las voces de diversas experiencias  como;  pan y agua para la vida, Semillas de paz para la niñez, Escuelas bíblicas campesinas, el encuentro y la reconciliación, opción por la paz a la sombra del narcotrafico en la estrella, la memoria en la formación de veedurias, Teusaquillo territorio de paz: Un ejemplo de praxis interconfesional en Colombia, programa de acompañamiento por la paz en Uraba. Experiencias  que estan aportando desde la diaconia a la paz en Colombia. Esta parte marcó el sentido del diplomado porque permitió ver de manera concreta en la práctica la aplicación de la metodología de recuperación de memoria y la lectura de la realidad a través de la poesía.

En el diplomado participaron pastores, pastoras, lideres, liderezas sociales, estudiantes de teología, desplazados provenientes de varias regiones de Colombia involucrados en el trabajo de iniciativas de diaconia para la paz. Esta amplia y diversa participación facilitó el diálogo, la interrelación con diferentes expresiones culturales, la construcción de alternativas para la búsqueda de la paz a partir de lo que cada integrante está haciendo en sus comunidades. Esta construcción queda como evidencia en este libro el cual se espera que sea una herramienta que aporte a la reflexión biblico – teológica   y a la construcción de paz.

Finalmente, reconocemos el aporte de los participantes, a los docentes, facilitadores nacionales e internacionales, de las organizaciones ecuménicasque apoyaron el diplomado con recursos económicos y logisticos porque  contriubuyeron al despertar de un nuevo paradigma para comprender la diaconía como una acción profética que trasciende las parades de los templos, las universidades y se inserta en la realidad social que viven las comunidades para que a partir de ellas se construya iniciativas que aporten a la construcción de la paz en Colombia.

Algunos de los productos investigativos del diplomado se publican en este libro y son los siguientes:

Primera Parte
APORTES BÍBLICO-TEOLÓGICOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN COLOMBIA

1.       Diaconía e incidencia para la paz.
Milton Mejía

2.       Participación de sectores eclesiales en la construcción de paz en Colombia.
Jenny Neme

3.       Marco bíblico-teológico de la recuperación de la memoria histórica.
Maritze Trigos Torres, OP

4.       Hacia una sociedad reconciliada. El aporte del pluralismo cristiano.
Enrique Vijver

Segunda Parte
EXPERIENCIAS DIACONALES DE PAZ Y RECONCILIACIÓN EN COLOMBIA

5.       Ecovida: pan y agua para la vida.
Sonia Nossa

6.       Semillas de paz para la niñez del barrio Rebolo de Barranquilla.
Norma Fernández y Rosa María Acosta

7.       Escuelas bíblicas campesinas de Trujillo, Valle.
Patricia Martínez Ospina

8.       Fraternidad de la Amistad: El encuentro y la reconciliación.
Jaime Alberto Ruiz

9.       Opción por la paz a la sombra del narcotráfico en La Estrella.
Juan Esteban Londoño

10.   Memorias en la conformación de veedurías ciudadanas en Galapa, Atlántico.
Un ojo incidente… para construir caminos de Paz.
Henry Barraza, Henry Novoa y Román Lamar Atencio

11.   Teusaquillo Territorio de Paz: un ejemplo de praxis interconfesional en Colombia.
Luis Fernando San Miguel, Carlos Sánchez, Alejandro García y Dayro Aranzález

12.   Programa de acompañamiento para  la paz  en el Presbiterio de Urabá.
Diego Higuita y Víctor Martínez

13.   Poemas a la memoria de las víctimas y por la reconciliación en Colombia.
Adelaida Jiménez

Mg, Adelaida Jiménez Cortés
Directora del Programa de Teología
Corporación Universitaria Reformada

lunes, 25 de mayo de 2015

ORGANIZACIONES SOCIALES Y ECLESIALES EN COLOMBIA PIDEN DIALOGO CON CESE BILATERAL AL FUEGO

DIÁLOGOS CON CESE BILATERAL AL FUEGO

Las plataforma y movimientos nacionales abajo firmantes, quieren manifestar su profunda preocupación por los hechos de guerra que se vienen presentando entre el gobierno de Colombia y la guerrilla de las Farc-EP en los que han perdido la vida 10 soldados y 26 guerrilleros en el departamento del Cauca, todos hijos de nuestro país, hechos que han avocado la decisión del gobierno de reactivar los bombardeos y de parte   de las Farc-Ep   la decisión de suspender el cese unilateral al fuego.

Si bien se ha dialogado en medio de la confrontación armada, el cese unilateral decretado por las Farc-Ep en diciembre pasado y la respuesta que en su momento diera el Gobierno nacional de cesar los bombardeos por un mes prorrogable, además del acuerdo de "desminado", han sido signos concretos de avances en el desescalamiento de la confrontación, con el efecto directo de confianza por parte de las comunidades más afectadas por el conflicto armado interno.

Ante estos dos graves hechos de guerra, que afectan la esperanza de paz en nuestro país, queremos insistir con vehemencia al gobierno de Colombia y a la guerrilla de las Farc-EP, en nuestro reclamo de un cese bilateral al fuego, lo que incidirá de modo directo en la confianza en el proceso por parte de las comunidades y de las mujeres y hombres de buena voluntad de nuestro país.

No más soldados ni guerrilleros muertos, no más afectaciones a la población civil. Las acciones unilaterales o bilaterales que redunden en la protección de la vida y la integridad personal de combatientes y no combatientes es un signo de amor a la vida, de respeto a Colombia, de aprecio a las comunidades indígenas, afrodescendientes, mestizas, que habitan los territorios, de reconocimiento a los sectores de la sociedad que apuestan por un país que garantice el bienestar de todas y todos. No es un signo de debilidad.

Recordamos que la sociedad que quiere la paz fue la que posibilitó la reelección del presidente Santos para su segundo mandato, contra los discursos que avivaban la violencia por parte del otro candidato con altas posibilidades de ganar las presidenciales. Esas mayorías reclaman la generosidad de las partes. El cese bilateral al fuego será una justa respuesta a ese llamado a la paz que masivamente se ratificó el pasado 9 de abril en las calles de las principales ciudades de Colombia.

De no avanzarse hacia un cese bilateral, cada muerte evitable seguirá hiriendo la conciencia moral de la sociedad y seguirá sumando a la responsabilidad de quienes pudiendo desescalar la confrontación, no tienen la voluntad de hacerlo.

Llamamos a los medios de información a no incentivar los odios entre colombianos con el uso de un lenguaje que expresa desprecio por los muertos de la guerrilla y exalta los del ejército nacional cuando todos son colombianos y colombianas, cuyas vidas son invaluables y sus muertes se habrían podido evitar con el cese bilateral.

Con profunda preocupación,

Comunidades Construyendo Paz en los Territorios -CONPAZ- constituida por 130 organizaciones de base.
Coordinación Colombia Europa Estados Unidos – CCEEU-, constituida por 260 organizaciones defensoras de derechos humanos.
Plataforma Colombiana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo, constituida por 76 organizaciones defensoras defensoras de derechos humamos.
Dialogo Intereclesial por la Paz en Colombia -DIPAZ- constituida por 42 organizaciones nacionales y dialogantes internacionales.
Clamor Social por la Paz constituida por 50 organizaciones.
Alianza de Organizaciones Sociales y Afines, constituida por 165 organizaciones sociales.

Colombia, 22 de mayo de 2015

lunes, 18 de mayo de 2015

LA PAZ LES DEJO, LA PAZ EMPIEZA HOY


"La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden".  Juan 14:27

Durante este fin de semana (15 al 18 de mayo de 2015) iglesias de diversas tradiciones en Colombia, Estados Unidos y otros países de la región están unidas en oración y acciones por la paz en Colombia. Estas actividades son parte de la décima jornada de los Días de Oración y Acción por Colombia que promovemos representantes de organizaciones cristianas que creemos que Dios nos llama a ser constructores de paz en medio de la violencia que estamos viviendo en Colombia por más de 50 años y las posibilidades de un acuerdo para poner fin a esta violencia por medio de los diálogos que se realizan en la Habana entre el gobierno colombiano y las Farcs y los que se anuncian con el ELN.

Durante estos días las iglesias organizan tiempos de oración, adoración, tiempos de estudio bíblicos sobre lo que significa la paz y escuchan testimonios de personas o comunidades que trabajan en la construcción de paz en Colombia. También en uno de estos días realizan una acción pública de incidencia y escriben a sus gobiernos y congresos para que sus políticas y programas se comprometan con la construcción de la paz como fruto de la justicia y con participación de los sectores sociales, especialmente de quienes son más excluidos.

El lema de este año es: “La paz del mañana empieza hoy” y tiene como objetivo que reflexionemos sobre lo importante de entender que la paz no es una promesa de Dios para el futuro sino que Jesús la da y la podemos vivir entre nosotros en el presente. Por esta razón es necesario estudiar en los evangelios como entendió y vivió Jesús la paz. Para lograr esto contamos con muchos textos bíblicos donde Jesús habla de la paz y también con su estilo de vida, la cual fue un ejemplo de relaciones de paz.

Como tengo poco tiempo y deseo que dialoguen sobre lo que significa para ustedes que “La paz del mañana empieza hoy” voy a hacer una breve reflexión sobre Juan 14: 26 y 27. He escogido este texto en razón que me parece importante que esta es la oración de despida de Jesús donde dice que no nos dejara huérfano y promete enviar al Espíritu Santo, al consolador o defensor como traducen varias versiones de la biblia.

En este contexto de despedida y de promesa de Espíritu Santo Jesús le dice a sus discípulos: “La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden”. En esta afirmación Jesús deja claro que la paz que él da es una realidad no para el futuro sino que la está dando para el presente. Jesús les advierte la paz que les está dando no es como la da el mundo y que no deben angustiarse y acobardarse.

Esta advertencia parece tener sentido ante los hechos que narra Juan en su evangelio donde tanto para Jesús y sus seguidores lo que viene es persecución y el mismo asesinato de Jesús por parte de las autoridades Judías y romanas. De esta forma se puede ver como Jesús hace la diferencia entre la paz que él está dando y la paz del mundo que había impuesto el imperio romano en su tiempo.
Si analizamos las diferencias entre la paz que nos da Jesús y la paz del mundo que había impuesto el imperio romano podemos resaltar algunos aspectos que son importantes para ser constructores de paz en n nuestro país:

El texto nos ayuda a entender que la paz que Jesús da no es para el futuro en la vida eterna y el mundo del que habla el texto bíblico no se refiere a lo que muchos cristianos consideran el mundo en nuestro tiempo. El mundo al cual se está refiriendo Jesús es al imperio romano que en el tiempo de Jesús había impuesto una paz por medio de un poderoso ejército, con el cual eliminaba a todas las personas y los grupos que consideraba como peligrosos para sus intereses políticos y económicos. A esto se refiere Jesús cuando afirma sobre la paz: “Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo”. De esta forma se puede afirmar que la paz que da Jesús es diferente a la paz militar que había impuesto el imperio romano en su tiempo.

Para nosotros esta perspectiva nos llama a oponernos a los sectores que insisten que la paz se logra mediante la conformación de ejércitos poderosos para hacer la guerra y derrotar a quien consideran enemigo por la vía militar. Así la paz que nos da Jesús no es para el futuro, la paz empieza hoy cuando como cristianos asumimos el compromiso de rechazar toda propuesta militarista para garantizar la convivencia pacífica entre los seres humanos.

Otro aspecto interesante de la paz que Jesús da está relacionado con la presencia del Espíritu Santo. En el texto Jesús dice a los discípulos que el Espíritu Santo les enseñará y recordará todo lo que él ha dicho e inmediatamente les dice que les deja y da la paz. Creo que es bueno resaltar aquí la paz que Jesús da es para el presente y la promesa del Espíritu Santo es para el futuro con la tarea de recordarles y enseñarles lo que Jesús les había dicho. De esta forma Jesús une la promesa del Espíritu Santo con la paz que está dando a sus discípulos.

Parece que los discípulos no entienden esto al inicio pero ante el asesinato de Jesús en la cruz por las autoridades judías y del imperio romano, al experimentar la resurrección y recibir el Espíritu Santo, constituyen un movimiento que empieza a anunciar el evangelio de paz en todo el imperio romano. Los discípulos entonces entienden que este movimiento del evangelio de paz que empezó a liderar Jesús no estaba soportado en ninguna fuerza militar, su poder consistía en construir comunidades donde las personas oraban, adoraban a Dios y compartían según sus necesidades y especialmente con los más necesitados (hechos 2:41-47 y 4:32-34). De esta forma los primeros cristianos constituyen un movimiento de resistencia al imperio con una forma de convivencia a partir de la paz que Jesús les había dado y de lo que el Espíritu Santo les estaba recordando y enseñando.

La pregunta para nosotros como iglesia es ¿Cómo podemos empezar a vivir la paz que Jesús nos da para contribuir con la paz en nuestro país hoy?

En el siguiente video pueden ver el resultado del dialogo sobre esta pregunta:

Milton Mejía
Predicación en la Iglesia Presbiteriana, Barrio las Nieves, Barranquilla

17 de mayo de 2015. DOPA 2015    

martes, 28 de abril de 2015

DÍAS DE ORACIÓN Y ACCIÓN POR LA PAZ EN COLOMBIA 2015



DÍAS DE ORACIÓN Y ACCIÓN POR LA PAZ EN COLOMBIA 2015
15 y 18 de mayo de 2015
“La Paz de Mañana Empieza Hoy”
El Señor juzgará entre las naciones y decidirá los pleitos de pueblos numerosos, aun de los más lejanos. Ellos convertirán sus espadas en arados y sus lanzas en hoces. Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro ni a recibir instrucción para la guerra. Todos vivirán entonces sin temor, y cada cual podrá descansar a la sombra de su vid y de su higuera. Miqueas 4: 3-4 (DHH)

Reciban saludos de las de iglesias y organizaciones basadas en la fe que desde el 2006 realizamos, cada año, los Días de Oración y Acción por Colombia la Paz en Colombia.

Desde hace 10 años que iniciamos esta jornada de oración y acción por la paz de Colombia, hemos sido testigos que miles de personas en Colombia, Estados Unidos, Canadá y países de América Latina han participado y permanecen unidas en oración y realizando acciones de solidaridad e incidencia locales, nacionales e internacionales para contribuir con la construcción de la paz en Colombia.

Como iglesias cristianas de diversas tradiciones y organizaciones basadas en la fe creemos que Colombia avanza en la construcción de la paz, por eso saludamos y oramos por los diálogos entre el gobierno colombiano y las FARC-EP y esperamos que un proceso similar se pueda iniciar con el ELN para lograr la paz que los colombianos tanto anhelan.

Para el 2015, la jornada de oración y acción por la paz de Colombia tiene como lema “La paz de mañana empieza hoy” porque creemos que la paz no es una realidad para el futuro sino que los diálogos con los grupos armados y las iniciativas de diversos sectores de la sociedad civil contribuyen a transformar nuestra historia de conflicto y violencia por una nueva cultura de noviolencia, justicia y paz.

Por esta razón les invitamos a unirse a nivel personal y como iglesias a la décima jornada de los Días de Oración y Acción por la paz en Colombia que se realizará entre el 15 al 18 de mayo de 2015. Durante estos días pueden organizar tiempos de oración y adoración por la paz en Colombia, realizar estudios bíblicos y compartir experiencias sobre la forma como las comunidades y las victimas están construyendo una paz que sea fruto de la justicia en Colombia. También les invitamos a realizar acciones públicas donde manifiesten apoyo a los diálogos en la Habana y pidan al Gobierno colombiano y al ELN que inicien los diálogos público pronto.

Como ayuda para estos días les estamos compartiendo en el adjunto un material litúrgico (también este material y más información lo pueden encontrar en: https://washingtonmemo.files.wordpress.com/2015/03/diasdeoraciocc81n_2015_ccm_-version-espancc83olfinal.pdf ), la Declaración del Encuentro Ecuménico Internacional por la Paz en Colombia y una carta dirigida a las Comisiones de Paz del Senado y la Cámara de Representantes del Congreso de la República de Colombia para que la firmen. Esta carta también la pueden firmar en el siguiente link: http://www.cederhnos.org/home/actividades/das-de-accin-y-oracin-por-colombia-2015  
Agradecemos compartir sus iniciativas, fotos y expresiones de lo que realizan durante estos días al siguiente E-mail: Angélica Rincón angelicarincon@justapaz.org

miércoles, 22 de abril de 2015

Declaration of the International Ecumenical Meeting for Peace in Colombia


“Blessed are the peacemakers, for they will be called children of God.”
(Matthew  5: 9)
We are a broadly representative group which has been brought together by DiPaz (Interchurch Dialogue for Peace in Colombia).  We met from the 8th through the 11th of April in Bogotá Colombia.  There were 90 delegates from 10 churches, 17 national church organizations, 15 ecumenical organizations and churches from three continents, and representatives of Colombian victims’ groups that are constructing their own proposals for the peace in various regions of Colombia.

Deep in our hearts and minds we have felt the presence of the Risen Christ in our midst.  We have also powerfully felt the presence of the children, youth, women and men who have been murdered and disappeared in this long internal armed conflict Colombia is suffering, and at this particular time in which a political solution through dialogue is being sought.

The clear messages brought to us by indigenous, afro-descent and mestizo Colombians accompanied us in our discussions.  These people are recognized as the victims of murder, disappearances, torture, and forced displacement from their homes and land.  But they have redefined and given new meaning to their pain, empowering them to bring forward very specific proposals for the resolution of the internal armed conflict   They are the artisans of peace whose ideas we will give preference to in our contribution to the work of building a peace with social justice, a concept of peace which is a key tenet of our church traditions.

We have also advanced in our analysis of the current peace process through the participation of various persons who have been close to the dialogues in Havana.  We have heard and discussed the movement that has taken place in the dialogues with the FARC which has produced preliminary accords related to land questions, participation in the political process, the problem of drugs and drug trafficking, as well as the efforts being made to establish dialogue with the ELN. 

We consider the unilateral cessation of hostilities by the FARC which began in December 2014 to be a positive step, as well as the public recognition by the FARC of their responsibility for their attacks on the civilian population in Bojayá (Department of Chocó).  We also value highly the joint agreement between the Colombian government and the FARC regarding clearance of land mines and specific steps to achieve a de-escalation of the armed conflict.  Lastly, we see as positive the government decision to extend for an additional month the order halting aerial bombardment of FARC forces.

At our meeting we received a video message from the FARC negotiation team in Havana which sent greetings to our gathering and shared information about the progress that has been made at the dialogue table.  We also heard from a representative of the Office of the High Commission for Peace of the Colombian government who presented his views on the dialogue process.

We would like to give special recognition to the report from the Historical Commission on the origins of the conflict in Colombia.  We understand this report to be a significant contribution leading to the crucial use of truth in the effort to achieve peace. We believe it will be an obligatory reference point for our approach to the contemporary history of Colombia and a fundamental element in the eventual creation of a Truth Commission which will bring to light information about those responsible for this long confrontation.  We understand that as the churches we ourselves are not exempt from this process.  We have reaffirmed as Christians that it is truth that sets us free (John 8:31).  It frees not only the victims, but also the whole of society, including the perpetrators and victimizers.

In spite of these encouraging advances, we are still very concerned that the number of victims of the conflict continues to increase because the armed conflict persists even as the dialogues are going on. The number of victims also increases because of the various exceptions and omissions which we see in all of the partial accords.  We hold that these omissions will have to be revisited because these very themes which have not been dealt with have to do with the structural inequalities which originally led to the armed confrontation in Colombia.  These issues  are about social justice:  Our faith commitment requires us to contribute to the construction of a society which protects life, provides bread for the hungry, water for those who thirst, clothing and shelter for those who have none (Matthew 25:31-46).  This is a matter of the just distribution of the commonwealth which God has created, so that all human beings can have the abundant life which the Gospel announces (John 10:10)

In our prayers, in our Bible study, in our worship and in our deliberations we have reaffirmed our commitment to the peace process, but we are also quite clear that the signing of peace accords will be but one of the important steps leading to the silencing of the guns.  We know that we must give specific support and solidarity to the communities that are engaged in peace building in the various regions of Colombia.  Truth, repentance by those who have generated the violence, forgiveness as a civic value and social justice: all these will be necessary for swords to be beaten into plowshares, for there to be food security, for basic needs to be secured for all those who do not have them. (Isaiah2:4)

We therefore commit ourselves to the following agenda and actions, so that we may make our contribution to this process as national and international actors, responding to God´s call for us to be peace builders.  We invite our brothers and sisters in the churches and international ecumenical organizations to also become co-dialogue partners (“CoDi”) on this pilgrimage in the quest for truth, justice, demilitarization, non-violent action and reconciliation in Colombia.

1. Linking of national and international networks of churches, communities and organizations, in order to move forward in the construction of peace with justice, working at the global level, in Latin America and in Colombia.

2. Support for this agenda and these actions which will come from the resources of our national and international churches and organizations. This will include: political advocacy for peace with justice, drawing on the proposals of victims’ groups; advocacy for the bilateral cessation of hostilities; and advocacy for compliance with potential accords.

3. The designing of a communications strategy for these initiatives, using the information sites and other media which exist in our churches and organizations, in order to have a significant impact on the construction of a just peace in Colombia.

4. The creation of communities dedicated to learning about peace. These would develop holistic educational proposals and would draw on the work of the Historical Commission on the origin of the conflict, so that this material can be better understood by our churches, organizations, educational institutions, et al.

5. Promotion of the crucial process of monitoring the implementation of the eventual accords which will come out of the peaceThis would need to include verification commissions as agreed upon with the local communities.

6. Readiness to participate in the creation of a Truth Commission, in line with the proposals already put forward by victims’Such a Commission would include the participation of high profile international figures well-known to our churches and ecumenical organizations.

7. Accompaniment of communities in various regions of Colombia that are affirming their rights, emphasizing in particular action to provide protection for peace-building communities, for community leaders and for human rights defenders.

8. Part of our contribution to the quest for truth will involve investigation of possible responsibility of our churches for committing specific acts, and also for failure to take action in regard to specific situations arising in the context of violence in Colombia.


Bogotá, D.C., 11 April 2015